Ecologistas en Acción de Córdoba y la Red Ciudadana por la Abolición de la Deuda Externa de Córdoba llevamos a cabo la campaña “¿Quién debe a quien?” que reclama la abolición de la deuda externa de todos los países empobrecidos y el reconocimiento, por parte de los estados enriquecidos del Norte de que tenemos con ellos una deuda ecológica, social e histórica.

Entendemos que esta deuda externa es ilegítima pues empezó a contraerse por bancos y gobiernos que no tuvieron escrúpulos en subir desmesuradamente los intereses de los préstamos iniciales realizados hacia gobiernos en muchas ocasiones corruptos o dictatoriales que no tenían como objetivo atender las necesidades de sus poblaciones; actualmente son estas poblaciones las que sufren la carga del pago de esta deuda, viendo recortados sus derechos y padeciendo graves situaciones de miseria.

Es preciso asumir la deuda ecológica que tenemos con los estados más empobrecidos, contraída con ellos a través de la expoliación que las multinacionales hacen de sus riquezas naturales, empresas que patentan su diversidad biológica, residuos que deterioran sus reservas ecológicas y contaminación que realizamos fundamentalmente desde el Norte enriquecido pero que afecta a todo el planeta. No podemos aceptar que nuestro modelo productivo sea implantado a estos países sin tener en cuenta las necesidades y situación de sus sociedades.

Ante la cumbre del G8 que se celebra del 6 al 8 de Julio en Escocia, queremos reclamar a los estados más enriquecidos del mundo que den pasos firmes hacia la abolición de la deuda externa y partan de la pregunta “¿Quién debe a quien?” para dejar de imponer a nivel mundial unas leyes y principios neoliberales que dejan en la pobreza a la mayor parte de la población. Denunciamos que la tan publicitada condonación de la deuda externa de los 18 estados más empobrecidos no sólo es insuficiente sino tremendamente interesada por las condiciones que impone a esos países., Así, las deudas que se prometen condonar en su conjunto suponen 40.000 millones de dólares y sólo representan el 2% de la deuda de los estados más afectados por la pobreza; sólo aproximadamente el 40% de la deuda de estos 18 estados quedaría aliviada, porcentaje que correspondería a la deuda adquirida con algunos organismos internacionales como el Fondo Monetario internacional o el Banco Mundial, pero el 60% de la deuda restante que no se condona es el correspondiente a la deuda contraída directamente con los países enriquecidos y los entes privados, situación injusta, ya que los países enriquecidos no se implican directamente en que la deuda externa ilegítima se erradique, y mejore las condiciones de vida de las personas que habitan en países pobres. Por otro lado, se han excluido a los países más endeudados como Nigeria o Haití. Pero lo peor del acuerdo que se pretende adoptar viene en letra pequeña: a los países beneficiados se le imponen políticas de ajuste económico que suponen entre otras medidas la privatización de servicios con el recorte del gasto público y la apertura a la entrada de las multinacionales extranjeras cuyos ojos están ya puestos en sus riquezas y recursos naturales.

Nos sumamos al objetivo “Pobreza cero” para el que es necesario un cambio en el sistema de relaciones económicas, políticas y culturales a escala mundial. Llamamos a la movilización y participación ciudadana para defender estos objetivos y volvemos a lanzar la pregunta: ¿Quién debe a quien?