El Gobierno acaba de someter a información pública el Plan Aire. En una primera valoración, Ecologistas en Acción quiere destacar que este documento vuelve a plantear medidas que ya existían en el anterior plan pero que nunca se han puesto en marcha. También, en lugar de adoptar de forma inmediata acciones contundentes opta por definir marcos normativos para regularlas dentro de unos años. En definitiva, se trata de un plan que pretende aparentar que se actúa mientras se dilata en el tiempo la adopción de medidas eficaces para reducir la contaminación del aire.

No hay duda del grave problema que supone la contaminación del aire para la salud de la población. Supuestamente para luchar contra este problema, el Gobierno acaba someter a información pública el llamado Plan Aire (Plan Nacional de Calidad del Aire y Protección de la Atmósfera 2013-2016), al que se pueden aportar observaciones hasta el 10 de marzo.

En una primera valoración de este documento, Ecologistas en Acción quiere destacar las siguientes cuestiones:

El Plan Aire vuelve a proponer muchas medidas que ya estaban incluidas en el anterior Plan Nacional de Mejora de la Calidad del Aire, aprobado en noviembre de 2011. Sin embargo, durante este tiempo no se han llevado a la práctica –han pasado 15 meses sin actuar en este tema–. ¿Qué hace pensar que ahora, porque se repitan en un nuevo documento, se llevarán a cabo?

Por ejemplo, el Plan Aire contempla la “Elaboración de unas directrices para la ubicación de estaciones de medición de la calidad del aire” –ya contemplado en el plan de 2011– pero sólo para cuando haya “eliminación, adición o modificación de estaciones”. Parece, por tanto, que se dará por buena la ubicación actual, a pesar de que ha sido objeto de todo tipo de picaresca en gran cantidad de ciudades desde hace más de una década.

Del mismo modo se plantea implementar un sistema de clasificación de vehículos según su potencial contaminador (que se pondrá en marcha en 2015), como ya preveía el plan anterior y tampoco se hizo. Igual ocurre con la regulación de la velocidad en las áreas metropolitanas. También se vuelve a hablar de los carriles bus-VAO, que luego se retrasan una y otra vez.

Peor es el caso de otras actuaciones en las que, lejos de avanzar en su aplicación, retrocedemos. En este bloque están la creación de zonas de bajas emisiones, que ahora se reconduce a la “Creación del marco normativo estatal para la implantación de Zonas de Bajas Emisiones”, y que no estará listo hasta 2015. O la reforma de la fiscalidad para incluir criterios de contaminación atmosférica en el impuesto de circulación. En este caso, en el borrador del Plan Aire distribuido a las Comunidades Autónomas hace unas semanas se incluía una medida dirigida a este fin, que ahora ha quedado en “crear un grupo de trabajo para la evaluación” de esta reforma impositiva. Una dilación más.

También se sigue mareando la perdiz cuando se habla de establecer “el concepto de episodio de contaminación” en 2014 para regular las medidas que los eviten a partir del año siguiente.

En definitiva, para Ecologistas en Acción la mayor parte del plan contiene medidas que se pueden considerar casi siempre como positivas para la mejora de la calidad del aire, pero que rara vez son llevadas a la práctica pese a que se repiten una y otra vez en todo tipo de planes, estrategias y documentos.

Del mismo modo, el Plan Aire adolece del mismo defecto que otros muchos documentos similares: pretender que con promesas de mejoras en el transporte público, en el uso de la bicicleta o similares, se va a reducir la contaminación en nuestras ciudades. La experiencia demuestra que estas medidas, aunque se lleven a la práctica (algo que no es lo usual) no resultan suficientes si no se acompañan de unas medidas nítidas de restricción al uso del coche. Y esas no aparecen en este Plan Aire.