Ecologistas en Acción ha denunciado que desde el 21 de junio hasta el 10 de julio pasado se han superado ampliamente en la Ribera los promedios diarios considerados como admisibles (50 µg/m3) cuando en ocasiones se ha llegado a 187,60 y, en este período, nunca se ha bajado de 152 (Estación de medición de Tudela).

Teniendo en cuenta que los niveles legales en estos casos nada tienen que ver con los que realmente protegerían nuestra salud, la situación cuando menos es preocupante, sobre todo al referirnos a algo tan imprescindible como el aire que respiramos.

Según estos datos se han superado en lo que llevamos de verano ya en veinte ocasiones cuando la ley permite 35 superaciones diarias durante un año.

Esta situación de alta concentración de partículas es uno de los indicadores de la contaminación del aire. El origen de las partículas en suspensión corresponde por una parte a determinadas fuentes como las industriales, (Ecologistas en Acción mantiene que el foco principal de contaminación del aire en la Ribera son las centrales térmicas de Castejón) y al tráfico. Aun reconociendo que una parte son de origen natural, las concentaciones de particulas son cuando menos preocupantes.
Instamos al Departamento de Medio Ambiente a que clarifique esta situación ya que se han superado de forma importante los niveles, triplicando los admitidos legalmente de 50µg/m3.

Las partículas en suspensión están relacionadas con enfermedades respiratorias y cardiovasculares y con tumores en las vías respiratorias y pulmones. La Organización Mundial de la Salud estima en 240.000 los adultos de más de 35 años que fallecen cada año en Europa en relación con la exposición a largo plazo a contaminantes atmosféricos.

Las partículas menores de 2 micras de diámetro, llegan directamente al torrente sanguíneo y según la Organización Mundial de la Salud (OMS) no puede fijarse un umbral por debajo del cual no haya riesgo para la salud. Este tipo de partículas son las emitidas por las centrales de gas, como las térmicas de Castejón.

Según el programa Apheis se podrían prevenir anualmente 16 muertes prematuras por 100.000 habitantes, si se redujera la media anual de partículas en tan solo 5 µg/m3. En definitiva, los resultados muestran que incluso reducciones pequeñas y alcanzables de los niveles de contaminación por partículas tienen un impacto beneficioso para la salud pública, y por lo tanto las actuaciones preventivas encaminadas a reducir la contaminación están plenamente justificadas. Según afirma la OMS, para las partículas no se puede fijar un umbral por debajo del cual no hay efectos para la salud.

El Gobierno de Navarra en vez de acometer planes de reducción de contaminantes ha dado el visto bueno a la ampliación de las centrales térmicas de Castejón sin haber realizado un estudio serio de emisiones e inmisión en la Ribera y sin tener en cuenta que partimos de dos situaciones de desventaja, el alto número de empresas con emisiones atmosféricas que tenemos en la Ribera (7 de las 21 que en Navarra computan para Kioto se encuentran en Tudela y Castejón) y una climatología y situación geográfica propicias para la concentración de contaminantes.

Ecologistas en Acción demanda de la administración medioambiental y de su consejero en particular que se tome de una vez en serio la contaminación atmosférica en la Ribera y que además de suministrar datos procedentes de las estaciones de medición de determinadas empresas, no validados por el propio Gobierno de Navarra pero preocupantes, elabore planes de prevención y alerta, comenzando por instalar estaciones de medición y paneles informativos en las vías públicas de titularidad y control público que midan e interpreten correctamente la situación de la calidad del aire que respiramos.

Las estaciones actuales de medición gestionadas por las propias empresas contaminantes están continuamente averiadas lo que provoca la perdida de muchos episodios contaminantes, también se retiran datos de superaciones y lo peor de todo se muestran poco fiables por las fluctuaciones incompresibles que sufren los datos.