Ecologistas en Acción de la ciudad de Córdoba ha concedido “ex aequo” el premio ATILA, a los mayores agresores contra el medio ambiente en esta ciudad, al arquitecto Juan Cuenca y a la gerencia municipal de urbanismo.

Con motivo de la celebración del Día Mundial del Medio Ambiente el próximo día 5 de junio, Ecologistas en Acción de Córdoba ha concedido un año más su tradicional premio Atila. Con este premio esta asociación ecologista pretende destacar a aquellas personas o instituciones que se han señalado por una actitud más claramente contraria a la conservación del medio
ambiente.

En esta ocasión, el premio Atila ha recaído en el arquitecto Juan Cuenca por su deseo de acabar con un espacio natural privilegiado de nuestra ciudad, la alameda existente junto al Puente Romano. En una actitud claramente desarrollista y arboricida, este arquitecto ha manifestado su intención, si las instituciones públicas implicadas lo consiente, de acabar con los casi doscientos ejemplares arbóreos de la ribera del Guadalquivir. En la concesión de dicho premio ha primado el claro rechazo popular ante esta medida así como las permanentes declaraciones públicas del citado arquitecto en contra de la existencia de espacios naturales dentro del casco urbano de la ciudad.

Asimismo, Ecologistas en Acción ha considerado merecedor del premio Atila a la Gerencia Municipal de Urbanismo. Los méritos de esta institución son dobles: por una parte por su desastrosa política de diseño de los parques y jardines de Córdoba, en absoluto adaptados a las extremas condiciones climáticas de nuestra ciudad, así como el empeño de eliminación sistemática de cuantos árboles estorben en su política de apología del hormigón. La segunda razón de esta concesión se encuentra en la permisividad, rayana en la prevaricación, frente a las parcelas ilegales de nuestra Sierra. El gran problema medioambiental de la Sierra de Córdoba, que hipoteca el derecho de las generaciones futuras de disfrutar de un privilegiado espacio natural, no sólo no es atajado sino que en el último año se ha visto favorecido por el escaso rigor y contundencia de dicha Gerencia. En especial, cabría recordar la no demolición de viviendas sobre las que pesa una sanción penal, el enfrentamiento con otras instituciones (Consejería de Cultura) para legalizar las del entorno de Medina Azahara, etc.

Desde Ecologistas en Acción deseamos que la concesión de estos ignominiosos premios sirva para que los agraciados recapaciten y, por fin, entiendan que el medio ambiente es un patrimonio de todos y un préstamo concedido por las futuras generaciones.