Un proyecto de vigilancia de incendios y montes que ignora la realidad local.

Daniel Boyano Sotillo, El Huerto del Pozo. Revista El Ecologista nº 78.

Al tiempo que se recortan los servicios y las prestaciones sociales en la comarca de Sanabria, se pone en marcha un proyecto millonario de instalación de cámaras de vigilancia de incendios que no responde a las necesidades básicas de la población.

En esta crisis moral, ambiental, social y económica en la que nos vemos envueltos, el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente redujo su presupuesto en el año 2013 en un 25,4%, lo que implica la pérdida de 1.680 millones de euros con respecto a 2012, siendo la partida que mayor recorte ha sufrido por el Gobierno central. El paro en el mundo rural ha pasado del 8,3% en 2007 al 26% este año según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Sanabria, como el resto de zonas rurales, sufre desde hace décadas las consecuencias de las políticas neoliberales europeas y nacionales, que le están poniendo al borde de la asfixia. El acceso a la educación, el transporte, la sanidad, la justicia y cualquier servicio público en general es ya de por sí más complejo en poblaciones pequeñas y dispersas, y lo será más todavía con las actuales políticas de ajuste que atacan en su esencia a estos servicios. En este sentido, otro dato preocupante es que la deuda que afecta a muchos de los ayuntamientos lastra igualmente el futuro de nuestros municipios.

Recortes para todos

En cuanto a los recortes más destacados de los últimos meses en la comarca hay que destacar la disminución de personal sanitario en los centros de salud; el cierre de la residencia de estudiantes Escuela Hogar, que facilitaba la inclusión educativa de estudiantes de los municipios más alejados de Puebla de Sanabria, donde se encuentran los principales centros educativos; la reducción de los servicios de transporte en centros educativos, al mismo tiempo que continua sin existir transporte público ni carril bici que conecte el Lago de Sanabria con los pueblos para evitar la congestión de vehículos privados en esta área natural; carencias en el mantenimiento de carreteras y vías públicas lo que provoca que muchas de ellas sean peligrosas e intransitables debido a los baches, mientras las quitanieves continúan sin entrar en los núcleos urbanos por descoordinación competencial.

Además, está la desaparición del servicio de tren convencional que conecta a Sanabria con Galicia, y ahora se plantean suprimir el tren a Zamora y Valladolid; gran impacto ambiental del Tren de Alta Velocidad al pasar por la comarca fracturando su hábitat y provocando la desaparición de los corredores ecológicos que conectan el Parque Natural del Lago de Sanabria y Alrededores con la Reserva de la Sierra de la Culebra y el Parque Natural do Montesinhos; desaparición de las subvenciones para las Zonas de Influencia Socioeconómica de estos mismos espacios naturales protegidos.

La lista sigue. La basura invade las playas del Lago por disminución de recursos humanos y materiales de limpieza y saneamiento; continua la precaria depuración de residuos en el entorno del Lago de Sanabria ya que la Junta de Castilla y León ha anulado el decreto por el que se establecían ayudas a la depuración de aguas residuales en los Espacios Naturales; se reduce al máximo el presupuesto para desarrollo rural por parte del Gobierno central, al mismo tiempo que también disminuyen los fondos de la Fundación del Patrimonio Natural, lo que repercute, por ejemplo, en la reducción de horas de apertura del nuevo Centro de Interpretación del Parque Natural de Lago de Sanabria y Alrededores; se quedan sin memoria para la construcción del museo de la memoria en homenaje a las víctimas de la catástrofe de Ribadelago por la rotura de la presa de Vega de Tera construida dentro de los planes franquistas de embalses; incrementan de manera notable los precios y tasas por servicios públicos esenciales en buena parte de los municipios de la comarca sin tener en cuenta exenciones o bonificaciones para las rentas más bajas; desaparecen medios de comunicación locales como el periódico Noroeste; deterioro de los programas de la Diputación para ayudar a las personas que necesitan asistencia en su domicilio, lo que lleva implícito que trabajo de cuidados, sin remunerar ni valorar socialmente, lo asuman las mujeres sanabresas…

Millones para las cámaras

Y en este contexto de austeridad y reducción de fondos para el desarrollo rural el proyecto de instalación de cámaras de vigilancia mantiene una dotación de 1.548.750 €. El objetivo original del proyecto es la vigilancia y detección de incendios forestales mediante una red de vigilancia forestal que va a contar, entre otros medios, con 11 torres, dotadas con tecnología de última generación con la que se obtendrá información en tiempo real. Cada torre está dotada de tecnología térmica, mediante la cual es posible la detección de focos de incendios en radios de 8 km. Cuando los sensores detectan un cambio importante de temperatura, se trasmite una señal de alarma al Centro Provincial de Mando, que estará ubicado en el Servicio Territorial de Medio Ambiente de Zamora, fuera de la comarca de Sanabria, lo que supone un problema al no crear puestos de trabajo en el área afectada.

Es importante mencionar que no hubo información, ni procesos participativos en Sanabria, tal y como exigía el Convenio de 25 de marzo de 2010, suscrito entre el entonces Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino y las Consejerías de Medio Ambiente y de Agricultura y Ganadería de la Junta, lo que motivó que algunas personas de la comarca se organizaran primero, para posteriormente recoger sugerencias escuchando a las vecinas y vecinos de los pueblos, y solicitar información, para crear propuestas de manera participativa, establecidas en un Plan Alternativo a la implantación de las cámaras cuyo objetivo sería mejorar el bienestar en la comarca. Dicho plan fue difundido por los pueblos de forma directa y por diferentes medios de comunicación, asimismo fue respaldado por más de 40 colectivos de la comarca.

En definitiva, esta experiencia de informar y al mismo tiempo de recoger el sentir de los pueblos, permitió que la mayoría de los habitantes de Sanabria se opusieran al proyecto de las cámaras y solicitaron que fuera sustituido por otro, por cuanto consideraban que con esa cantidad de dinero se hubieran podido crear 24 puestos de trabajo que, al mismo tiempo, ayudarían a frenar la despoblación de la comarca. En la situación actual Sanabria tiene necesidades más acuciantes que la instalación de tecnologías avanzadas para la prevención de incendios, y es que vivimos instalados en una fantasía tecnológico-económica que nos hace creer que los medios estatales de extinción nos salvarán de la quema.

Por otra parte, con la colocación de estas cámaras en los municipios de Sanabria ya no solamente queda en duda el derecho a la intimidad, sino también aquellos otros dos que están garantizados en el artículo 18.1 de la vigente Constitución Española: el derecho al honor y el derecho a la propia imagen. En los últimos meses ya han aparecido sanciones a sistemas de video-vigilancia por grabar en determinados ámbitos de la vía pública.

Se puede afirmar que este proyecto es ajeno a la realidad del territorio sanabrés y a sus habitantes y, por lo tanto, es necesario un plan participativo contra incendios con un órgano permanente, y recuperar el Plan 42 y los planes silvopastorales en los cuales los ganaderos y agricultores limpian el monte durante los meses del otoño e invierno, recuperando así la identidad territorial de la población sanabresa.

La ciudadanía organizada de Sanabria tramitó una entrevista con el Director General del Medio Rural del anterior Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino en la que se presentó el programa de medidas del Plan Alternativo en sustitución de las cámaras en 2010, sin tener respuesta hasta la fecha de hoy.

Ante esta pasividad de la administración pública, y agotada la vía diplomática, comenzaron las movilizaciones con una concentración en Puebla de Sanabria convocada por la Asociación para La Defensa de Sanabria y Buraco, para rechazar la implantación de sistemas de cámaras en los montes de la comarca y para solicitar empleo en el medio rural, a la que acudieron representantes de varios colectivos de la zona, creándose sinergias positivas entre ellos, y es que cuando se juntan los ríos se hace fuerte la corriente. A pesar de ello, las administraciones implicadas continuaron con su apoyo a la instalación de las cámaras, convirtiéndose este en un caso más de democracia secuestrada.

Otra Sanabria no sólo es posible, sino necesaria. Si mejor o peor, dependerá de su población, y es que no es momento de preocuparse sino de ocuparse, dejando el pesimismo para tiempos mejores, porque las luchas de ayer son los derechos de hoy y las luchas de hoy son los derechos de mañana.