Las labores de repoblación y conservación de la naturaleza son muy necesarias, pero si no se hacen correctamente, pueden culminar sin éxito, de manera que grandes sumas de fondos públicos terminan por no servir para conseguir los objetivos previstos. Desde hace años el Cabildo de Gran Canaria financia labores de repoblación en muchos puntos de la isla que demasiadas veces resultan un fracaso. Según la Federación, esto se debe a varios motivos: no se exige ningún tipo de garantía y responsabilidad a los técnicos del propio cabildo o de las empresas contratadas, las plantas que salen de los viveros son poco resistentes producto de un cultivo demasiado mimoso, en muchas ocasiones, la elección de las especies no es acertada, las plantaciones se realizan en fechas tardías (acabada la temporada de lluvias) y el mantenimiento no está incluido en la contratación o es insuficiente.

Algunas repoblaciones cuentan con partidas presupuestarias millonarias, eso sin considerar los gastos en la producción de las plantas. Un ejemplo representativo es la realizada en el Cortijo de Tifaracás, con un presupuesto de 145.000 €, en la que se plantaron varios miles de sabinas, acebuches y pinos de los que actualmente solo es posible encontrar un porcentaje insignificante de ejemplares vivos. La tarea de restauración es necesaria, pero efectuada de esta manera resulta totalmente contraproducente porque genera malestar a cualquier persona con un mínimo de sensibilidad. Los colectivos piden que se ponga remedio a esta situación, y para ello proponen, que los promotores y gestores de las repoblaciones garanticen el éxito de las mismas y tengan que rendir cuentas en el caso de haber hecho mal su trabajo, que en los viveros se pongan los medios para cultivar plantas más resistentes, que se tenga mayor cuidado en la elección de las especies -en función de las características del lugar a restaurar- y de las fechas de plantación. Y por último, que antes de ejecutar cualquier proyecto se tenga en cuenta la disponibilidad de medios para garantizar su mantenimiento.

Conociendo la problemática y que recientemente en Europa se aprobaron dos proyectos life (Guguy y Rabiche), en los que se invertirán 1,1 millones de euros llegados del programa LIFE, más otra partida que destinará el Cabildo, a la Federación se le plantean dudas. Los dos incluyen la plantación de miles de árboles, y a pesar de contar con listas de reserva de personal experimentado, el Cabildo contratará a empresas externas para ejecutar los trabajos. La duración de los proyectos será de tres otoños, por lo que una vez finalizados resulta una incógnita que quede garantizado el mantenimiento de las 43.000 plantas que se proponen plantar en el Macizo de Guguy y las 1.049 has. que plantean reforestar en el norte de la isla.

Ecologistas en Acción no cuestiona este tipo de iniciativas europeas ni cuestiona la buena voluntad de los técnicos, pero sí pide que estos trabajos se realicen con mayor rigurosidad, buscando la consecución del objetivo final para el que los fondos fueron concedidos: que las plantas sobrevivan por si mismas en el ámbito que les corresponde. Si no se tienen en cuenta estos aspectos, la organización valora la posibilidad de informar al programa LIFE de lo sucedido en la isla porque considera que los recursos públicos se pueden emplear de un modo más responsable y porque de esta manera suponen que motivarán a los gestores del Cabildo a hacer las cosas mejor.