La mala planificación a la hora de ubicar los contenedores de recogida de residuos sólidos urbanos dificulta enormemente la labor de recogida selectiva de estos residuos, ya que los ciudadanos no disponen de los contenedores adecuados cerca de sus domicilios, y en ocasiones ni en su propio barrio. Resulta inapropiado y contraproducente el continuo “baile” de contenedores, que son movidos de una a otra ubicación sin informar a los vecinos.
Resulta inadmisible que los vecinos tengan que recorrer las calles cargados con botellas de vidrio o papel buscando un contenedor para, finalmente, depositarlos en el contenedor de materia orgánica ante lo infructuoso de su búsqueda.
Por otra parte, con el verano se produce un considerable aumento de la población y por tanto de la generación de residuos , sin que aumente la cadencia de la recogida, por lo que éstos son depositados encima de los contenedores y en las inmediaciones de éstos, generándose una imagen de abandono e insalubridad.