Ecologistas en Acción considera un despropósito inadmisible el anuncio de la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio de “reinterpretar” el Plan de Ordenación del Territorio de Andalucía (POTA) para hacer más flexibles los límites de los crecimientos urbanísticos, esto es, favorecer de nuevo la especulación urbanística como mecanismo para salir de la crisis. Se pretende así alimentar al monstruo que provocó la crisis como medicina para salir de la misma. Se niegan a sacar enseñanzas de este desastre económico y social al que nos ha llevado la burbuja inmobiliaria.

Esta pretensión es inaceptable tanto en la forma como en el fondo. No se puede modificar una norma de un plan aprobado por Decreto de la Junta y ratificado por el Parlamento (que incluyó esos famosos límites al crecimiento) por unas “instrucciones internas”. De hecho, estos intentos de soslayar los límites impuestos por el Parlamento vienen siendo puestos en práctica por la Junta en numerosos Planes de Ordenación del Territorio (POT) y Planes Generales de Ordenación Urbana (PGOU), lo que sido recientemente declarado ilegal por el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) que atendió una demanda interpuesta por Ecologistas en Acción contra estas “excepciones” fraudulentas para justificar crecimientos superiores al 40% de suelos urbanizables y 30% de incremento de población.

Es llamativo como PSOE y PP coinciden en cargar la culpa de la crisis y el paro a los límites del crecimiento, un retorcimiento de la realidad repugnante; ocultan las causas de la crisis y culpan a una medida que podría haberla minimizado y evitar futuras crisis, es decir, frenar la especulación. ¿Qué tiene que ver estos límites ya de por sí desmesurados con la paralización del sector del a construcción en Andalucía? Se olvida que la causa de la crisis de la construcción está en el propio sistema de la construcción que depende de la financiación de la banca. La crisis de la construcción está en los bancos, no en los límites de suelo urbanizable.

Por otra parte, no es entendible que se pretenda aumentar más de un 40% de crecimientos urbanísticos en Andalucía cuando tenemos un parque de viviendas desmesurado: 4,5 millones de viviendas de las que 130.000 están sin vender y otras 100.000 desocupadas. En ocho años los visados de nuevas viviendas en Andalucía han pasado de más de 200.000 al año a sólo 4.000. ¿La culpa es del POTA o del sobredimensionamiento del sector de la construcción y de los suelos urbanizables? Hay que recordar que la recalificación de millones de metros cuadrado a suelos urbanizables y las decenas de miles de viviendas construidas solo como inversión han ocasionado un agujero en las entidades financieras de más de 100.000 millones de euros, que hemos pagado todos los ciudadanos. Hemos tenido que adquirir, por medio de la SAREB, esos activos tóxicos con dinero público. ¿Ahora pretenden recalificar suelos por encima del 40% de los existentes cuando hay millones de metros cuadrados sin desarrollar que han provocado la quiebra de bancos y las cajas de ahorro y la actual crisis económica? El problema no ha sido el POTA, sino su incumplimiento. Si se hubieran aplicado desde 2006 esos límites en vez de buscar subterfugios para superarlos, los activos tóxicos de las entidades financieras hubieran sido mucho menores, y menor el coste de rescatarlas de la ruina.

Con un parque de viviendas aún sobredimensionado, con dificultades para darle salida, que hasta los PGOUs que se están revisando sólo pueden aspirar a que se cumplan los convenios firmados en época de bonanza, la flexibilización de los límites al crecimiento sólo tendrá un efecto: la especulación del suelo, a través de las recalificaciones que se logren a partir de esta medida, no devengará en actividad inmobiliaria puesto que no hay ni financiación ni mercado para ello.

Ecologistas en Acción entiende que el futuro del sector de la construcción está en la rehabilitación de nuestras maltrechas ciudades y pueblos, en lo que hay una inmensa bolsa de oportunidades de negocio y empleo, como ha demostrado el Plan de Construcción Sostenible de la propia Junta de Andalucía. El Plan agotó rápidamente los 150 millones de € presupuestados al recibir 26.000 solicitudes, la mayoría para mejorar la eficiencia energética de las viviendas, y en el que han participado 7.000 empresas pequeñas y medianas, y ha creado 18.000 empleos. Hay que recordar que en Andalucía las empresas dedicadas a la rehabilitación de viviendas suponen sólo el 28% del total, mientras que la media europea es del 41%.

Lo que necesita Andalucía no es más suelo urbanizable, sino potenciar la rehabilitación de viviendas y equipamientos y desclasificar las inmensa bolsas de suelo que con carácter meramente especulativo se recalificaron durante la burbuja inmobiliaria, y que penden como espada de Damocles sobre los balances financieros de entidades y administraciones y sobre valiosas zonas naturales de nuestro territorio.

Ecologistas en Acción espera que IU, socio del PSOE en el Gobierno andaluz y que fue el grupo parlamentario que propuso esos límites al crecimiento, se niegue a aprobar el inmenso despropósito de permitir de nuevo a los ayuntamientos -colaboradores necesarios y entusiastas en el desarrollo de la burbuja inmobiliaria-, campear en los territorios nauseabundos de las recalificaciones urbanísticas a la carta. Más flexibilidad para los ayuntamientos, supondrá de nuevo más especulación y más corrupción.