Su población se ha triplicado en lo que va de siglo.

Ramón Pérez de Ayala, responsable del Proyecto IberLince en WWF España. Revista El Ecologista nº 82.

La población de lince ibérico, que partía de una situación crítica hace 15 años con apenas 100 individuos, se está recuperando. Pero aún quedan amenazas, entre las que destacan las epidemias sufridas por los conejos –su principal alimento–, los atropellos o el furtivismo.

Las poblaciones de lince ibérico sufrieron un fuerte declive a finales del siglo pasado. Los estudios que se realizaron en la década de los 90 recogían la existencia de nueve áreas de presencia estable y una población estimada de entre 600 y 1.200 linces. Sin embargo, la irrupción de la enfermedad hemorrágica vírica (RHD), que volvió a diezmar las poblaciones de conejo, hizo temer lo peor.

A comienzos de siglo y mediante las nuevas técnicas disponibles (análisis genético de excrementos y fototrampeo) se realizó un censo nacional del lince ibérico en el que también participó Portugal. Los datos reflejaron que la población de lince se había visto reducida a menos de 100 individuos, repartidos en tan solo dos poblaciones estables, Doñana y Andújar-Cardeña, aunque no se descartaba la presencia esporádica de individuos fuera de estas zonas.

Estos datos hicieron saltar las alarmas y el lince fue catalogado como “en peligro crítico de extinción” por la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza). Ese fue el punto de partida de diversos proyectos de recuperación de la especie en los que administraciones (sobre todo la Junta de Andalucía, pero también las de Castilla-La Mancha y Extremadura) y asociaciones conservacionistas como WWF, Fundación CBD Hábitat y Ecologistas en Acción, hemos estado implicados.

Situación actual

Gracias a dichos proyectos, se ha conseguido triplicar la población de lince y se han creado dos nuevas poblaciones reintroducidas en Andalucía. Además, el pasado mes de julio han comenzado las reintroducciones en dos nuevas áreas en Extremadura y Castilla-La Mancha. Y este mismo otoño se producirán sueltas en Montes de Toledo y previsiblemente en Portugal.

Tabla: Evolución de las poblaciones de lince ibérico en España (2002-2013)

Año 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013
Total 94 100 121 133 177 167 213 241 275 312 311 332
Hembras territoriales 27 30 34 42 40 41 54 61 63 76 85 96
Cachorros 28 21 40 33 67 34 77 70 86 86 78 57
Superficie (km2) 327 449 510 470 559 648 709 861 1.040 1.093

La pieza clave de este éxito ha sido la firma de convenios con la propiedad privada, lo que ha permitido trabajar en dichas zonas, pero sobre todo ha posibilitado crear un clima de entendimiento entre todos los agentes implicados en la conservación de este emblemático felino.

Las actuaciones ejecutadas en las zonas donde aún existían poblaciones de linces han sido, sobre todo, de mejora de hábitat y de las poblaciones de conejo. En las zonas periféricas se ha realizado una intensa vigilancia en busca de métodos ilegales de control de depredadores y otras posibles causas de mortalidad no natural. Estas actuaciones han estado acompañadas de un intenso seguimiento tanto de las poblaciones de lince como de conejo, lo que ha permitido evaluar las medidas adoptadas y ha proporcionado un mejor conocimiento de la especie, gracias a lo cual se han podido realizar los estudios de áreas potenciales de reintroducción. Por último, se han ejecutado importantes campañas de concienciación y divulgación, así como campañas de lobby en temas como los atropellos.

Desde 2011 se viene desarrollando el proyecto Life+ Iberlince con la participación de dieciocho socios, entre ellos varias administraciones (Andalucía, Castilla-La Mancha, Extremadura, Murcia y Portugal), diversas ONG ambientalistas (WWF, Fundación CBD, Adenex y SECEM), empresas privadas (Fomecam, Agroforex y Acaju) y asociaciones de cazadores (Aproca y la Federación Andaluza de Caza).

El objetivo del proyecto es sacar al lince de la categoría de “Peligro Crítico de Extinción” y para ello es necesario aumentar las poblaciones actualmente existentes, y crear al menos cuatro nuevas poblaciones, repartidas entre Andalucía, Castilla-La Mancha, Extremadura y Portugal.

Amenazas

Nos encontramos en un punto de inflexión donde las perspectivas son muy buenas, pero en el que aún existen una serie de riesgos que ponen en peligro todos los esfuerzos realizados hasta el momento.

La primera preocupación es la situación del conejo. En los últimos años parecía que sus poblaciones estaban repuntando. Sin embargo, el año pasado fue detectada una nueva cepa de la RHD (Rabbit Hemorragic Disease), y sus poblaciones han sufrido un tremendo revés. A esto se suma que las poblaciones con altas densidades de conejo se encuentran en zonas agrícolas, poco favorables para el felino. Esta situación ha hecho que en la población de Andújar el número de cachorros de lince haya descendido de casi 60 a 16. La situación general sería muy preocupante de no ser por las poblaciones reintroducidas, que se encuentran en zonas con buenas densidades de conejo y que continúan creciendo a buen ritmo.

Los atropellos han sido el motivo que más ha llamado la atención de los medios de comunicación, con cifras récord de 14 atropellos en 2013 y 16 en lo que va de 2014, lo que en conjunto equivale a que en estos dos años casi un 10% de la población ha muerto en las carreteras. Pero además, supone una lacra para la expansión natural y la conexión entre poblaciones y, por tanto, una espada de Damocles por endogamia y otros problemas genéticos y estocásticos.

El furtivismo continúa siendo una preocupación, pese a los pocos casos registrados en los últimos años. El asunto es preocupante si se tiene en cuenta lo difícil que es localizar este tipo de sucesos, por lo que la realidad podría ser mucho más grave de lo detectado. También es complicado conseguir sentencias condenatorias, dada la dificultad de aportar pruebas vinculantes. Por otro lado, los distintos métodos de control de depredadores fueron la causa última de la desaparición del lince de gran parte de su área de distribución. El anterior Ministerio de Medio Ambiente publicó en 2011 las Directrices técnicas para la captura de especies cinegéticas predadoras: homologación de métodos de captura y acreditación de usuarios, que están siendo traspuestas mediante órdenes por varias comunidades autónomas. La parte positiva es que al fin existe un marco legal para el control de depredadores, ya que las cajas trampa han sido prohibidas.

Sin embargo, continúa sin haberse justificado la necesidad de la utilización de este tipo de métodos, ni su efectividad para conseguir reducir las poblaciones de zorros, ni para aumentar las poblaciones de conejos. Además, ninguno de los métodos ha sido probado en zonas con presencia de lince, lobo, oso o visón europeo. Por otro lado, todos los métodos homologados, excepto el collarum, dependen de cómo los coloque el usuario para que su selectividad sea la adecuada.

Por último, están las causas de difícil detectabilidad. El descenso de las poblaciones de conejo probablemente esté creando una situación de desnutrición en muchos individuos, pero sobre todo estará aumentando la competencia interespecífica y creando una mayor dispersión no efectiva. Por otro lado, la incidencia de enfermedades, como la leucemia felina, ha sido la causa principal de mortalidad entre individuos radiomarcados, por lo que probablemente sea la principal causa de mortalidad, aunque no se esté detectando.

Retos para asegurar el futuro del lince
  1. Asentamiento de las nuevas poblaciones reintroducidas. Previamente a las reintroducciones se ha realizado un amplio estudio de la idoneidad de las zonas, tanto desde el punto de vista del hábitat como de la disponibilidad de alimento, causas de mortalidad y aptitud social. Sin embargo, son muchos los factores implicados que pueden hacer fracasar las reintroducciones.
  2. Mantenimiento de las poblaciones actuales, para lo cual es necesario continuar con la vigilancia, pero sobre todo hace falta un nuevo esfuerzo para recuperar las densidades de conejos y reparar las actuaciones ejecutadas en años anteriores.
  3. Es necesaria una Estrategia Nacional para la Gestión del Conejo, que contemple todos los factores implicados y a todos los grupos de interés, ya que no solo es una pieza fundamental para la conservación, sino que también es un importante recurso económico para el sector cinegético y alimentico y, por otro lado, puede ocasionar daños a la agricultura. Para ello, y como paso previo imprescindible, es necesario establecer un censo nacional de sus poblaciones y un seguimiento sanitario, con una metodología común que permita establecer criterios de gestión en función de los objetivos y de las necesidades.
  4. Disminución de los atropellos, con la implicación de las autoridades con competencias en carreteras. Más allá de las medidas de emergencia que resulta necesario acometer, es urgente una planificación territorial que establezca corredores ecológicos y una participación científico-técnica de personas expertas en la fase de proyecto de las infraestructuras. Desde WWF estamos desarrollando la campaña online “Ni un lince más atropellado” para evitar que sigan muriendo linces en las carreteras y ya hemos entregado en el Ministerio de Fomento las primeras 15.000 firmas (http://www.wwfenaccion.com/lince).
  5. Seguimiento intensivo de los métodos homologados de control de predadores, de manera que reduzcan drásticamente los accidentes y además permita una evaluación continua de estos.