En los movimientos sociales se está dando un interesante debate sobre los transgénicos, al que Ecologistas en Acción ha querido contribuir explorando algunas de las razones por las que se opone a su liberación en la naturaleza y a su empleo en la agricultura. Tras casi 20 años de cultivo, el fracaso de los transgénicos en EE UU es un referente importante a tener en cuenta.

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Información para un debate sobre transgénicos

Ecologistas en Acción se opone frontalmente a la liberación de variedades transgénicas (es decir, variedades en las que se ha introducido uno o varios genes procedentes de otra especie) en la naturaleza, y a su empleo en agricultura. En el texto que acompaña estas líneas exploramos algunas de las razones de esta oposición. No hemos pretendido hacer un documento exhaustivo, ni abordar en profundidad todas las cuestiones relacionadas con la utilización de transgénicos en la agricultura, sino responder a algunos argumentos a favor y en contra de los transgénicos que han surgido recientemente en debates en el seno de los movimientos sociales.

El fracaso de los transgénicos en EE UU, pionero de los transgénicos desde 1996, es un referente importante a tener en cuenta. Como es sabido, la siembra de enormes extensiones de variedades con características similares (resistencia a los herbicidas y producción de toxinas insecticidas) ha provocado una catástrofe anunciada: la aparición de superplagas. Las malas hierbas resistentes al glifosato (el principal herbicida utilizado hasta ahora en los campos transgénicos) han infestado ya más de 25 millones de hectáreas, en EE UU, mientras que 7 de las 13 plagas combatidas con cultivos transgénicos (Bt) se habían hecho resistentes a la toxina insecticida en 2010. La respuesta está siendo una preocupante huída hacia delante, recurriendo a variedades transgénicas tolerantes a herbicidas más tóxicos, y que producen simultáneamente varias toxinas insecticidas.

Esta huida hacia adelante es preocupante por 2 razones principales:

  • La primera se refiere a su sostenibilidad, máxime cuando los expertos alertan de que las “soluciones” agroquímicas para eliminar las “malas hierbas” parecen estar agotándose [1].
  • La segunda se refiere a la seguridad de las nuevas variedades, puesto que la incorporación de multitud de rasgos a un mismo cultivo incrementa el riesgo de que se produzcan efectos dañinos imprevistos. Estos efectos no han sido estudiados, ni se tienen en cuenta en el proceso de autorización de los nuevos transgénicos.

Consideramos que, tras casi 20 años de su aparición, se trata de un momento importante para reflexionar sobre la realidad de los transgénicos.

Notas

[1] Service, RF. What happens when weed killers stop killing? Science. Vol. 341. 2013