El sábado 7 de marzo, Ecologistas en Acción junto con la Plataforma “Marcha de la Dignidad 22M” y La Borraja, organizamos un acto simbólico de plantación de cuatro Guindos (uno por cada aniversario del accidente) y sembramos decenas de bellotas de Encina autóctona, en la Barranca del Salto del Grillo, en recuerdo de las victimas (presentes y futuras) de Fukushima y mostrando nuestro posicionamiento en contra de la energía nuclear.

4 años después de accidente de Fukushima, la mayor parte de las personas evacuadas:unas 120.000, siguen sin regresar a sus casas, los tres reactores que se fundieron permanecen activos liberando radioactividad al ambiente y sigue filtrándose agua radioactiva al mar a un ritmo de más de 100 toneladas diarias. Fukushima nos recuerda los riesgos reales de la energía nuclear.

En España, existen 6 centrales con 8 reactores nucleares, una de ellas (Garoña) paralizada desde hace 2 años. La mayor parte del parque nuclear supera los 30 años, tiempo para el que fueron construidos los reactores. Así superan los 30 años en 2015: Santa María de Garoña (44), Almaraz I (32), Asco I (31), Almaraz II (31) y Cofrentes (30). Asco II, cumplirá 30 en 2016 y en 2018 lo harán Vandellos II y Trillo, la última en construirse.

Estas centrales han producido más de 160.000 kilogramos de residuos de alta actividad que serán potencialmente peligrosos durante más de 10.000 años, a parte de los que surjan del desmantelamiento de las propias centrales. En terremoto reciente de Osa de Montiel ha ocurrido en un lugar cercano al futuro almacén de estos residuos ( actualmente en las propieas centrales). En las centrales nucleares españolas se han producido multitud de incidentes entre los que destaca el incendio y escape radioactivo en la central de Vandellós I, que obligó a desmantelarla en 1989.

Desde Ecologistas en Acción exigimos el cierre de todas las centrales de más de 30 años de antigüedad, tiempo para el que fueron construidos los reactores. El mantenimiento de las centrales por encima de ese plazo, supone un aumento considerable del riesgo de accidente. Si se cumpliera ese compromiso, las centrales españolas deberían cerrarse escalonadamente entre 2015 y 2018.

Esto es técnica y económicamente viable debido a que la energía nuclear produce solo la quinta parte de la electricidad en España y que el potencial de producción eléctrica es de más del doble del consumo real. De manera inmediata las renovables y el gas natural podrían reemplazar a la energía nuclear sin problemas y en pocos años la producción de las renovables podría reemplazar a las nucleares.

Especialmente llamativo es el caso de Garoña, una central gemela de la Fukushima . Es propiedad de Endesa e Iberdrola. Cerrada hace dos años por sobrepasar todos los plazos posibles; ahora el gobierno español planea que Garoña, de ¡44 años de antigüedad!, vuelva a funcionar durante ¡16 años más!. Una temeridad a beneficio de las dos grandes empresas eléctricas.

La campaña por el cierre escalonado de las nucleares y en memoria a las victimas de la energía nuclear va a ser seguida en diversas localidades españolas.

¡¡Por el cierre inmediato de las centrales nucleares de más de 30 años
4 años después del accidente de Fukushima…!!.