La oposición ecologista está poniendo muchas trabas a la fractura hidráulica en Europa.

Elvira Cámara y Samuel Martín-Sosa, Ecologistas en Acción. Revista El Ecologista nº 84.

A pesar de la fuerte oposición, que se ha mantenido vigorosa durante 2014, el empeño institucional y la avaricia de las empresas del sector hacen prever que durante 2015 el ‘fracking» seguirá siendo un importante motivo de lucha ecologista. Hasta ahora, la ciudadanía en el Estado español se lo ha puesto muy difícil a estas empresas.

La oposición al fracking, lejos de decaer durante 2014, ha continuado creciendo y es cada día más fuerte. Podemos afirmar que no ha perdido empuje a pesar de ser una carrera de fondo.

Enfrente tiene a las empresas del sector, al Gobierno y a algunas Comunidades Autónomas. No obstante al ministro Soria, en su carrera profractura, no han parado de surgirle gobiernos regionales y ayuntamientos que defienden una postura contraria al uso de esta técnica en sus territorios. Unos 400 municipios se han posicionado en contra y son mayoría en las zonas afectadas por permisos de investigación.

En 2014 hemos visto como el Tribunal Constitucional ha anulado la norma que prohibía el fracking en Cantabria y La Rioja. En el caso de las leyes de Navarra y Cataluña el alto tribunal las ha suspendido cautelarmente a la espera de sentencia. A finales de año Andalucía optaba por una moratoria de dos años. En el País Vasco se debatirá en el parlamento regional gracias a una iniciativa legislativa popular que recogió más de 100.000 firmas.

A pesar de la anulación constitucional y de la beligerancia del Gobierno central contra este tipo de iniciativas, la oposición regional y municipal puede hacer que, en la práctica, no se puedan llevar a cabo los sondeos en territorios que se oponen a ello. Queda aún por ver, si las empresas conseguirán superar el procedimiento administrativo necesario, que incluye evaluación de impacto ambiental (EIA) favorable y la obtención de licencias municipales. Aunque no puedan denegarse de forma arbitraria, tampoco pueden otorgarse por mandato político de las altas esferas. Es necesario asegurar que el impacto ambiental no va a existir y que no van a entrar en competencia con otros usos del suelo y el agua, o perjudicar a la salud. Evidentemente, es una cuestión que no está resuelta a favor de la fractura. Al contrario, durante 2014 más experiencias e informes se han hecho públicos atestiguando el claro riesgo que supone el fracking.

Uno de los informes que más repercusión ha tenido este pasado año ha sido el elaborado por el Instituto Geológico y Minero (IGME), no tanto por su contenido –alerta sobre los riesgos ya conocidos–, sino porque fue devuelto a sus redactores para que suavizarán su contenido y facilitara la implantación del fracking en el Estado español. Esta censura parece ser debida a las fuertes presiones que las empresas del sector ejercen en los ministerios de Industria y Medio Ambiente.

Permisos

En cuanto a los permisos aprobados o solicitados, nos encontramos que tras el boom de los años anteriores estos se han reducido; incluso se ha desistido de un importante número de ellos [1]. Sin embargo, se han prorrogado algunos y comenzado los trámites para superar la EIA y poder realizar sondeos de investigación.

Mirando a 2015 el área más activa probablemente será la comprendida entre Burgos, Cantabria, Palencia y País Vasco. El permiso “Gran Enara” que agrupa varios permisos de investigación que afectan a País Vasco, Castilla y León, Navarra y Cantabria ha sido ampliado por el Ministerio de Industria hasta 2017 [2], como consecuencia de su inminente caducidad.

Esta prórroga pone de manifiesto la intención institucional de seguir adelante con la carrera del gas, a pesar de todas las informaciones y evidencias que se ponen de manifiesto desaconsejando el uso del fracking y, en general, que sugieren el abandono de los combustibles fósiles. Actualmente se están tramitando las autorizaciones para los sondeos Enara 1 y 2, ambos en Álava y el sondeo Angosto-A en Burgos [3].

Además, en la provincia de Burgos, justo cuando se terminan estas líneas (19 de febrero) la empresa BNK ha anunciado que en breve presentará la documentación para iniciar la EIA que les permita perforar hasta 12 pozos, incluidos en los permisos Urraca y Sedano. Junto a estos hay otros proyectos de sondeo en el Estado, que superaron hace tiempo el trámite de consultas previas a la EIA sin que se haya conocido ninguna noticia más sobre su posible puesta en marcha.

Marco regulatorio

En 2014 también se han producido novedades en el campo normativo y en la previsión de incentivos. A finales de año, el Gobierno lanzó la propuesta de gravar la extracción con un tributo –que solo se aplicaría en la fase de explotación– para financiar a entidades locales y autonómicas, así como a las personas propietarias de los terrenos. Se busca, sin mucho pudor, vencer resistencias con aportaciones económicas.

En la misma línea se mueve el lobby del gas, prometiendo importantes ingresos a municipios y comunidades autónomas que acojan pozos en su territorio. Se observa un cambio de estrategia, al comprobar que el esfuerzo en relaciones públicas y publicidad no tiene los efectos deseados. Sus argumentos de seguridad y ventajas competitivas para el Estado español chocan de frente con una oposición muy informada a la que no convencen y que responde con argumentos sólidos.

Fuera del Estado español

En 2014 también hemos conocido que la Comisión Europea renuncia a regular el fracking en Europa a pesar de haber detectado varias lagunas legislativas (agua, residuos mineros, químicos…). Una directiva podría haber sido desincentivadora para las empresas, que ya habían abandonado algunos países ante las exigencias legislativas.

Sin embargo la Comisión guardó el borrador de directiva en un cajón y se sacó de la manga unas recomendaciones de carácter voluntario. En junio de 2015 la Comisión debe evaluar su grado de cumplimiento.

Este giro político –dando luz verde al fracking en Europa– ha sido coherente con los tratados de libre comercio e inversión que la UE ha venido negociando con EE UU y Canadá, que allanan el camino al desarrollo del fracking en Europa, y al mismo tiempo pretenden despejar los obstáculos a la importación masiva de gas desde EE UU, en gran medida proveniente de un mayor desarrollo del fracking en aquel país [4].

A pesar de ello países como Polonia han seguido en 2014 asistiendo impotentes a la marcha de empresas de su país (ya van siete de once) y a pírricos resultados en sus permisos de investigación de gas no convencional. Recientemente Polonia reconocía que la explotación comercial podría tardar aún seis años en llegar. En julio de 2014 la resistencia antifracking de aquel país le ganó el pulso a Chevron tras 400 días acampados en Zurawlow.

En Rumanía la misma compañía entró embistiendo a la población, instalándose por fin en Pungesti, donde apenas se quedó lo justo (unos meses) para obtener unos resultados que sospechosamente aún no ha hecho públicos. El Primer Ministro Ponta, sabedor del coste político que le ha reportado la represión del fracking, llegó a decir en noviembre, días antes de las elecciones presidenciales, que probablemente el empeño había sido en balde y que no había gas en el país.

En Reino Unido, el otro gran valedor del fracking en Europa, durante 2014 se han ido poniendo facilidades legislativas y económicas para el desarrollo de la actividad, aunque a principios de 2015 ha empezado a encontrarse oposición política, con una moratoria aprobada en Escocia y un duro informe del Parlamento británico pidiendo un alto a la actividad por los riesgos climáticos y ambientales. Los trabajos de fractura en Lancashire, detenidos desde los terremotos de 2011, podrían no obstante reanudarse de forma inminente estos primeros meses de 2015.

En Holanda la presión social ha conseguido, a finales de 2014, que el Parlamento prolongue dos años más la moratoria que vencía ya, y en Alemania el Gobierno de coalición sentó las bases para una ley, aunque bastante descafeinada.

La guerra de precios del petróleo ha comenzado a arrojar titulares sobre el posible declive del fracking en EE UU. Veremos en 2015 si la tendencia se confirma. Desde el otro lado del Atlántico han llegado en 2014 buenas noticias en relación a la lucha contra el fracking. Se han anunciado prohibiciones en Nueva York, Quebec y New Bruinswick, y varios condados y ciudades han resuelto por sufragio detener la actividad. Destacable es el caso de la ciudad petrolera de Denton, en Texas. Este Estado alumbró también en 2014 la primera sentencia judicial condenando a una empresa a indemnizar a una familia por daños a la salud.

El fracaso de la industria

Muchos han sido los fallos del sector a la hora de vender el producto. Uno de los más significativos ha sido el tratar a los y las habitantes de los pueblos donde quieren perforar, de ignorantes. Mucha prepotencia y una situación económica y social que ya no permite creer tan fácilmente en los cuentos de la lechera que tratan de vender quienes, en realidad, solo buscan su propio beneficio. El argumento de que la búsqueda de combustibles fósiles puede ser la solución a los problemas energéticos, se esgrime como puntal de toda esta estrategia de perforaciones, y se acusa a quien se opone de falta de responsabilidad. O incluso de ser espías al servicio de Rusia, como hizo en 2014 el ex-Secretario General de la OTAN.

Sin embargo este elemento de chantaje no ha funcionado y es frecuente ver en el movimiento antifracking un discurso que trasciende el no en mi patio trasero. Las reflexiones en torno al uso de las energías renovables, el cambio de modelo energético y económico y el decrecimiento, subyacen en todo este debate en torno al uso de la fractura hidráulica. El lema “fracking no. Ni aquí ni en ningún sitio”, repetido en varios idiomas, no está vacío de contenido y si de algo ha servido, es para darnos cuenta del precio que pagamos por un modelo de vida como el actual.

Veremos si 2015, un año marcado por la Cumbre del Clima de París, es el año en que empezamos a salir de la senda fósil, de la que el fracking es un claro exponente.

Notas

[1] Destaca el permiso Arquetu en Cantabria, anulado por el Gobierno regional. La empresa promotora BNK, decidió no recurrir esta decisión, argumentando que no iba a perforar donde no fueran capaces de apreciar las ventajas de esta actividad.

[2] BOE de 22-12-2014. La primera ampliación tuvo lugar en 2012.

[3] En fase de consultas previas a la Evaluación de Impacto Ambiental.

[4] Tiempo no le ha faltado al ministro Soria para ofrecer los puertos de nuestro país como vía de entrada del combustible, ni a empresas como Iberdrola para firmar contratos de calado para traerlo.