Ecologistas en Acción de Extremadura ha presentado sugerencias al borrador del Plan Integrado de Residuos de Extremadura 2016-2022. Entre las sugerencias al Plan, destacamos la petición de Planes Comarcales de Residuos y de grandes Municipios, la necesidad de un aumento de la inspección sobre los Puntos Limpios y Gestores de Residuos, la gestión de los residuos de jardinería, la necesidad de separar la fracción orgánica en origen, y de que el rechazo en vertedero baje al 5 %. Además de todo ello, reclamamos la formación en residuos y su reciclaje, con la implantación de un carnet de manipulador de residuos que evite las malas prácticas.

Para ello hemos pedido que las medidas de dicho Plan estén enmarcadas dentro de una política centrada en cuatro objetivos (superando la política de las tres erres): reduciendo, reutilizando, reciclando y, ante todo, previniendo (repensando) la producción de residuos desde el origen. Por ello se deben financiar estudios y proyectos de investigación en esta materia, cuyos resultados finales positivos acaben siendo objeto de legislación y de implantación en la sociedad. Está claro que, sin una legislación adecuada, es imposible prevenir o reducir la cantidad de residuos, y los objetivos del Plan terminarán siendo sólo palabras en el papel. De este modo, se debe optar por una legislación autonómica más adecuada y acorde a los objetivos planteados.

Así mismo, las medidas adoptadas deben ser también cuantitativas y cuantificables, y deben orientarse a marcar unos objetivos claros de prevención de residuos, de reducción, reutilización y reciclaje. Todo ello con la finalidad de que este Plan no se convierta sólo en un simple documento de intenciones. Por otro lado, debe incluir un objetivo común a todos estos procesos de no superar el 5 % de rechazo, frente a las cifras actuales, que provocan la colmatación de vertederos. Asimismo, el Plan debe ir acompañado de la financiación adecuada para que pueda ser cumplido.

En el ámbito competencial de las Entidades locales, no es suficiente con estimularlas en el logro de objetivos, como propone el Plan, sino que la Administración Autonómica debe marcarles una serie de compromisos obligatorios, como administración más cercana a la producción de residuos. Ello debe hacerse facilitando financiación, gestión técnica y orientación, pero también obligando a la aplicación integra de la legislación vigente, mediante la inspección necesaria y mediante la formación adecuada de operarios de residuos. Se debe crear un programa de formación obligatoria en residuos para el personal que trabaja en y para los ayuntamientos en la recogida y tratamiento de residuos, así como estudiar la posibilidad de implantación del carnet de manipulador de residuos, y de algún tipo de certificado de profesionalidad.

Para la implantación de puntos limpios municipales, se debe establecer un calendario de construcción de los mismos en Extremadura, pero también se deben marcar unos objetivos claros sobre la calidad de estos servicios. El Plan debe ser garante de que estos puntos limpios están siendo gestionados de forma adecuada y que se da un servicio de calidad a los ciudadanos. A día de hoy, en Extremadura podemos encontrar situaciones de todo tipo: puntos limpios que apenas están abiertos, con horarios incompatibles con los horarios de trabajo de la ciudadanía; mezcla de residuos de diferente tipo; carencia de personal de mantenimiento y control de estos lugares; gestores de residuos que sólo recogen chatarra, o que trituran inadecuadamente los electrodomésticos para extraer el cobre; falta de control homologado de entrada y salida de residuos; etc. En definitiva, se debe incidir en la mejora de la información y accesibilidad de estos puntos, así como en la exigencia de unos estándares de calidad en su gestión.

Por otro lado, se deben proponer y aprobar las medidas y reglamentos necesarios para la prevención de residuos por sectores de transformación, así como para la reducción en origen de éstos, llevando estas propuestas de forma coordinada, en aquellos casos que sea necesario, con los órganos estatales. Igualmente, es imprescindible legislar para evitar el uso de bolsas desechables y, en todo caso, promover y obligar al uso de plásticos compostables.

Por su parte, la recogida selectiva de la fracción orgánica debe ser un objetivo principal, ambicioso y obligatoriamente cuantificable: su mezcla con el resto de residuos impide una mejor gestión y un mayor reciclaje. Por lo que respecta al apartado de prevención, es necesario disminuir drásticamente el desperdicio de alimentos mediante medidas que involucren tanto a productores y distribuidores, como a los consumidores, y que incluyan aspectos relativos a la racionalización de los planes de aprovisionamiento por parte de las grandes superficies, reajustes en el etiquetado de productos (diferenciando claramente «fecha de consumo preferente» y «fecha de caducidad») y en los criterios de selección para la recogida, tratamiento y distribución de frutas y verduras, así como planes de sensibilización y formación de la población que apelen a su responsabilidad como consumidora.

También se debe evitar el transporte innecesario de residuos de un sitio a otro, lo que genera un aumento de tráfico, de contaminación atmosférica y de contribución al cambio climático. Debe fomentarse el transporte de estos residuos mediante el ferrocarril.

Otra sugerencia al PIREX por parte de nuestra organización, está relacionada con la necesidad de que exista una obligatoriedad de selección y reciclaje de todos los productos posibles en todos los centros públicos de Extremadura (hospitales, colegios, ayuntamientos, centros administrativos, etc.). Así como que dispongan de los sistemas adecuados de recogida (contenedores de diversos tipos, papeleras con varias divisiones…)., marcándose un plazo para su implantación, acompañada de una adecuada financiación.

En otro orden de cosas, una medida clave entre las propuestas es que el Plan deseche, de una vez por todas y de forma clara, la valorización energética por incineración de residuos en Extremadura, por todos sus perjuicios de contaminación ambiental y de efectos sobre la salud.

En lo referente a la gestión de los residuos eléctricos, si bien es cierto que cada vez hay más gestores de estos residuos, también es cierto que se están dando situaciones de picaresca en este sector: gestores que sólo extraen el cobre o determinadas piezas, y después devuelven las carcasas a los puntos limpios, o bien acaban en los vertederos o en sitios incontrolados. Por ello es necesario exigir más inspección, más formación y más calidad en la gestión de estos residuos.

Asimismo, es necesario incidir en la cuestión de la Responsabilidad Ampliada del Productor, no conformándose con los escasos logros conseguidos hasta el momento. Presionar a la Administración Estatal para que se penalice la fabricación de aparatos programados para el fin de su vida útil tras un período de tiempo calculado de antemano por el fabricante, durante la fase de diseño de dicho producto (la llamada obsolescencia programada). Igualmente, para que se exijan períodos de garantía más largos en determinados productos eléctricos y electrónicos, además de la exigencia a las empresas de contar con servicios de reparación de aparatos y recambio de piezas individuales. En este mismo sentido, exigir el establecimiento de una obligación por parte de las empresas productoras de disponer de un Plan de Prevención y Reciclado de los residuos de sus aparatos. Además, en todos los contratos públicos donde proceda, incluir dentro del pliego de condiciones técnicas las cláusulas necesarias para valorar, como criterio para la adjudicación, la responsabilidad del productor en prevención y reciclado de residuos.

También es necesario marcar unos objetivos claros para las plantas de gestión de residuos de construcción y demolición (RCD), tanto cuantitativos como cualitativos. Su construcción debe estar financiada por la Administración competente, y debe aplicarse una normativa regional que tase su vertido. Es necesaria una intervención pública en este asunto, puesto que las empresas privadas sólo llegarán a las grandes ciudades donde sí son rentables económicamente estas instalaciones. Estas plantas deben estar asociadas a Puntos Limpios, puesto que los escombros suelen venir acompañados de otros residuos, lo cual facilitaría su gestión. En muchos casos, estos centros sólo necesitarían maquinaría de machaqueos móviles, que podrían incluirse en los parques de maquinaria de las mancomunidades. Fomentar además el triturado de escombros en grandes obras in situ mediante esta maquinaria móvil. La obligatoriedad del reciclaje de los escombros y su utilización en rellenos y caminos, complementarían estos parques de maquinarias. La utilización de maquinaria móvil abre la posibilidad de llevarlas a pie de grandes obras. Todo esto debe ir acompañado de un plan concreto y un cronograma para el cierre total y restauración de las actuales escombreras que existen en cada uno de los municipios de Extremadura.

Por lo que respecta al tratamiento de residuos radiológicos y altamente tóxicos, el plan no contempla la entrada accidental de este tipo de residuos en los centros de tratamiento y su gestión de una forma adecuada. Por tanto, el plan debe contemplar como objetivo dotar de tecnología adecuada a todos los centros de gestión pública y vigilar que funcionen adecuadamente.

En lo referente al amianto, el Plan debe contemplar la problemática de este residuo y buscar soluciones, ya que es común encontrarlo en escombreras y puntos limpios sin ningún control, en forma de placas de fibrocemento, tuberías, uralitas…

Por su parte, el Plan debe contemplar también la gestión de los Residuos de Jardinería. Actualmente son unos residuos con mucho volumen en ciudades y pueblos, y es habitual que, junto a otros restos de madera, acaben siendo quemados en escombreras u otros lugares descontrolados. Siendo un residuo fácilmente valorizable mediante el astillado in situ y su posterior uso como biocombustible (pellets, astillas…), es necesario que se promueva, facilite y subvencione la adquisición mancomunada y municipal de la maquinaria necesaria para su valorización, implantando la obligatoriedad de realizarla.

Además de todo lo anterior, el PIREX debe acometer la vigilancia, control, limpieza y restauración de puntos de vertidos de residuos ilegales, escombreras, etc. Se debe marcar el protocolo a seguir, con la obligatoriedad por parte de las autoridades de atajar estos problemas de forma urgente, evitando que los lugares que los han alojado (cunetas, arroyos, caminos…) queden sin restaurar después de limpiar estos vertidos ilegales.

Finalmente habría que decir que este Plan, sobre todo en lo que se refiere a la gestión de residuos, sin la colaboración de ayuntamientos y mancomunidades deja de tener sentido. Es realmente a estos niveles donde se detecta y donde se puede cambiar la dinámica en la problemática de los residuos. Por ello creemos necesario que de este Plan se derive en la creación de Planes Mancomunados de residuos y Planes de Residuos de Ciudades Grandes, que detectarían necesidades, problemáticas y carencias más cercanas, marcando objetivos más concretos con respecto al Plan Regional (PIREX).