Traspasado el ecuador desde la aprobación del Plan de Ordenación Cinegético (POC) de la Reserva Regional de Caza (RRC) de Fuentes Carrionas (Palencia), que ha cumplido 6 de los 10 años de vigencia, Ecologistas en Acción de Palencia hace un pequeño balance fundamentado en los datos de las Memorias de Resultados que la propia Junta de Castilla y León ha elaborado.

Lo primero que llama la atención no deja de ser una mera cuestión de “marketing” pero deja a las claras por donde va la Reserva y es que este año, como novedad, en la documentación entregada se incluye como logotipo de la RRC la cabeza/silueta de un Lobo, sin duda reflejando en qué están pensando nuestros gestores cinegéticos. Los datos también lo avalan, pasando de cazar entre 0 y 2 lobos a finales de la pasada década, a los 6 o incluso 11 que se han cazado en las temporadas más recientes, eso sí, extrañamente sin incrementar los ingresos de la RRC y sin conseguir objetivos concretos sobre la gestión de la especie.

En los años 2008/2009 cuando se realizó y se aprobó el POC de la Reserva el censo arrojaba un total de 2.749 ejemplares de ciervo, y certificaba una mortalidad del 71% en crías y 5% en adultos. Pues bien, durante las 7 últimas temporadas han muerto 3.940 ciervos, por todas las causas reflejadas en las Memorias, incluida la mortandad de este año. ¿Es posible seguir hablando de superpoblación de ciervos o de elevadas densidades con estos datos? La respuesta parece evidente.

Además, la calidad de la caza de este cérvido, que debería incrementarse para incrementar así los ingresos provenientes de la misma, ha caído en picado, matando 5 ciervos oro en los últimos 6 años, y consiguiendo mantener una puntuación media a base de reducir a la mitad el número de ejemplares matados, cosechando ahora el desacierto en la gestión de los últimos años.

En cuanto al corzo, que decir, el último ejemplar calificado como oro se cazó hace 7 temporadas (2008-2009), y a partir de la temporada siguiente no se ha vuelto a cazar más de 1 ejemplar al año (2 en la 2011-2012) todos ellos no medallables, certificando la debacle total de la especie en la Reserva donde, insistimos, menos tienen que ver el lobo y la meteorología y sí el furtivismo, fundamentalmente local, que campa a sus anchas por la escasa vigilancia, junto con algunas otras causas a la que tampoco se ha puesto remedio.

Seguimos considerando inexplicable la situación del Rebeco en la RRC. Esta especie es muy apreciada entre el sector cinegético y genera ingresos muy importantes en aquellos lugares donde hay buenas densidades y calidades, menos en Fuentes Carrionas. Salvo una temporada en la que se abatieron 4 ejemplares oro (2011-2012), el resto de las últimas 6 temporadas la caza de esta especie no despega.

Después de mucha insistencia por nuestra parte, la caza del Jabalí es de las pocas que parece haber entrado en una dinámica no tan negativa, con un número razonable de cacerías colectivas, donde se da pan y circo a los cazadores locales y se consigue aplacar los ánimos de los más tradicionales, siendo además usadas como tradicional forma de invitación y moneda de cambio, faltando conseguir una gestión más eficaz y que el desarrollo de estas cacerías colectivas sea lo más correcto posible, algo que actualmente no esta basado en factores puramente cinegéticos.

También podríamos hablar de la caza menor perdiz y becada, que se cazan inexplicablemente juntas, y se insiste en cazar la perdiz roja con argumentos pueriles de distinción sobre la perdiz pardilla, todo ello para contentar a sectores muy concretos, puesto que la perdiz roja carece totalmente de interés cinegético en la RRC. Vistos los resultados de 23-27 perdices/año matadas, ¿no podría ser una caza prescindible?. Sería más lógico centrarse en una actualmente desaprovechada gestión cinegética exclusiva de la becada, especie que genera ingresos importantes cuando los becaderos ven calidad en esa gestión.

Finalmente, los ingresos de la RRC se han reducido esta última temporada a la mitad (de 130.000 a 65.000 euros) volviendo a cifras de hace 15 años (1999-2000), para eso ha servido la brillante modificación de la normativa ideada por la Dirección General de Medio Natural, que preveía todo lo contrario.

No vamos a decir que de gran parte de estos aspectos venimos avisando desde que participamos activamente en la Junta Consultiva anual de la Reserva allá por el 2008, porque en las Actas esta reflejado, pero da igual que acertemos o no en unas apreciaciones u otras, los datos prueban de la necesidad de un cambio de rumbo total en la gestión cinegética de la Reserva Regional.

Para ello parece evidente que va llegando la hora del sano y necesario relevo de la máxima dirigente de la Reserva ya que ella no decide apartarse dignamente, ni lo que es más grave, nadie se atreve a relevar, con el escándalo de su mano derecha, el Celador Mayor, incluido.

Pero este cambio, que parece evidentemente necesario, no sería suficiente con la responsable de la Reserva, es claro que todos los que han aprendido y vivido bajo este sistema deberían adaptarse o apartarse, porque además de obsolescencia en sus criterios, demuestran desconocimiento y, suponemos, que cierto agotamiento.

La Reserva ha pasado, y no lo decimos solo los “ecologistas”, de ser un referente a nivel nacional hace décadas, a ser una de las más mediocres, y esto ya sabemos lo que supone, entre otras cosas, que bajando la calidad de la reserva baja también la calidad de los que vienen a cazar a ella, entrando en un círculo virtuoso muy difícil de corregir, y menos si no hay cambios contundentes que lo consigan.

Ayudan poco las actitudes de algunos miembros de la Junta Consultiva, como las del Jefe del Servicio Territorial de Agricultura y Ganadería, posicionándose en varias ocasiones junto al representante de los cazadores locales, pidiendo más caza, desconociendo en base a qué conocimientos, qué criterios y/o que intereses.

Parece que estamos en una peligrosa inercia fundamentada en la complacencia, algo muy típico de una administración pública, o eso, o estamos donde queremos estar, que es en un cazadero público para colegas, reducto mediocre de poderes provinciales con barra libre para algunos que, de ser así, debería confirmarse para dejar todos de perder el tiempo.