El bisfenol A (usualmente abreviado como BPA) es una sustancia tóxica que produce efectos adversos en las glándulas mamarias (incremento de cáncer de mama, alteración de la capacidad de lactar), daños en el sistema reproductivo femenino, efectos neuroconductuales (ansiedad, función senso-motora, capacidad de memoria y aprendizaje y comportamiento social) y efectos metabólicos (sobre la regulación de la glucosa y la insulina, incuyendo obesidad y diabetes). Los efectos adversos sobre los hijos se producen por la exposición durante el desarrollo uterino.
Francia presentó una propuesta de restricción en toda Europa en base a los riesgos para la población en general y los trabajadores en concreto ante la exposición cotidiana a esta sustancia. El contacto con papel térmico es, tras los envases alimentarios, la segunda fuente más importante de exposición de la población al BPA.
El Comité de Evaluación de Riesgos de la Agencia Europea de Sustancias Químicas (RAC) ha considerado que no existe riesgo para la población en general, pese a los numerosos estudios científicos que apuntan a la aparición de efectos adversos en contacto con dosis muy bajas de usualmente abreviado como BPA. Sí ha admitido, en cambio, que existe un peligro en caso de exposición elevada, como es el caso de cajeras de supermercado y otras trabajadoras en contacto permanente con el papel térmico. Por ello aboga por la limitación.
Ecologistas en Acción se muestra satisfecha con el apoyo a la restricción del BPA y espera que el proceso para alcanzar esta limitación a nivel europeo continúe. Otro comité, el de Análisis Socio-Económico (SEAC) deberá emitir su opinión en septiembre y después la Comisión Europea tendrá la última palabra. La restricción, en caso de aprobarse finalmente, seguramente no entrará en vigor hasta el 2019.