Las Brigadas de Refuerzo contra Incendios Forestales (BRIF) llevan meses reclamando mejoras en sus condiciones laborales. Unas demandas que para Ecologistas en Acción no solo son justas, sino también necesarias para proteger adecuadamente los espacios forestales.

La lucha contra los incendios forestales no debe limitarse a su extinción cuando ya se han producido; esta demanda, de Ecologistas en Acción y del resto de las organizaciones ecologistas, así como de todos los sectores implicados, se repite cada campaña. Las administraciones tienen una gran responsabilidad para que la prevención y la protección contra la amenaza del fuego sea lo más efectiva posible. Uno de los aspectos que debe cuidar es el del personal contratado para llevar a cabo este trabajo.

Las BRIF, dependientes del Ministerio de Medio Ambiente a través de Tragsa, están compuestas por profesionales que actúan en incendios de nivel 2 o cuando las Comunidades Autónomas solicitan su intervención. A pesar de la importancia de su labor, no tienen el reconocimiento merecido en sus condiciones laborales. Es por ello que llevan meses reclamando una serie de mejoras. Principalmente son el reconocimiento profesional de bombero forestal por la empresa –modificando la actual de peones forestales– que les permitirían acceder a la jubilación anticipada y el reconocimiento de enfermedades profesionales; la segunda actividad, que les proteja ante un despido por alcanzar una edad o sufrir una lesión física; y la inclusión de pluses salariales, como peligrosidad o disponibilidad horaria en sus nóminas.

Cuando no están en campaña de incendios se dedican a labores de prevención, fundamentales para reducir los riesgos de fuego en los meses de mayor incidencia. Si se produce un incendio son quienes mejor preparación tienen para dar una respuesta rápida y adecuada. Para ello, es necesario que cuenten con los medios y con unas condiciones laborales dignas que les protejan ante el riesgo que toman, mejoren la estabilidad en el empleo y mantengan la profesionalización.

Las demandas de las BRIF no solo deben ser asumidas desde un punto de vista social. Desde el punto de vista medioambiental también son necesarias. Los incendios forestales suponen un grave peligro para los ecosistemas, incrementado en la actualidad por la escasa inversión en medidas preventivas, los monocultivos forestales y agravados por el cambio climático. La extinción de un incendio lo realizan personas que deben enfrentarse a largas jornadas de trabajo, situaciones de estrés, peligrosidad y esfuerzo físico. Todas ellas, incluyendo a las contratadas por otras administraciones y las cuadrillas privadas, reclaman una mejora justa en sus condiciones laborales que deberían ser concedidas.