Un año más tenemos que venir a las puertas de esta vetusta central nuclear a exigir su cierre. Un año más esta vieja y obsoleta central nuclear ha estado amenazando a la sociedad, emitiendo radiactividad al medio ambiente, y creando residuos radiactivos.

Queremos dejar claro que la existencia de las centrales nucleares no obedece a ninguna necesidad de suministro eléctrico, si no a la existencia de un modelo energético que promueve el derroche, la inconsciencia de los consumidores, y la acumulación de poder y beneficio para unas pocas empresas. Como ha demostrado Ecologistas en Acción en sendos informes: es posible ahorrar hasta un 35% de electricidad y a la vez producir un 19% de la electricidad mediante energías limpias como la energía eólica, lo que demuestra que en la actualidad hay herramientas para el ahorro de la energía eléctrica y para la implantación generalizada de las energías renovables. Las razones para no afrontar este cambio las podemos encontrar en la desidia y falta de voluntad de los políticos, y en la resistencia de las empresas eléctricas que obtienen grandes beneficios del actual modelo insostenible.

Ante las declaraciones durante este verano del ministro de industria José Montilla, donde consideraba una insensatez prescindir de la energía nuclear, desde la Coordinadora contra Garoña le respondemos que lo que es una insensatez es que se vendan equipos eléctricos que consumen el doble que otros con las mismas prestaciones, una insensatez que se fomente y promueva el despilfarro de electricidad, una insensatez que se abarate el precio a los que más electricidad consumen en vez de penalizarlos, una insensatez que se promueva la irresponsabilidad de los consumidores sin informarles de dónde proviene la energía y que impactos provoca su producción, y una absoluta insensatez el apostar por un método de producción de energía sin resolver el esencial problema de los graves residuos que este método genera. Ministro Montilla: la actual situación y modelo energético del que usted es responsable si que es una auténtica insensatez.

Recordar a la sociedad que la central nuclear de Garoña se construyó para una vida útil que ya ha consumado, y sus propietarios y defensores deben de aceptar su paralización definitiva. Y que durante estas décadas de funcionamiento ha amenazado a las poblaciones cercanas, espantado otras inversiones más duraderas y sostenibles, devaluado las propiedades cercanas, dificultado la venta de productos agrícolas locales, y ha hipotecado el futuro de la zona con los graves residuos que están alojados en su interior. Garoña esta vieja y corroída. El óxido debido a su vejez, a un mal diseño, y la presión a que está sometido el reactor ha debilitado partes fundamentales como el barrilete y los manguitos de las penetraciones. Mientras, Nuclenor se niega a admitir que Garoña se muere y sigue con su política de parches y tiritas. ¿Hasta cuando va a permitir el Consejo de Seguridad Nuclear esta temeridad?

Abogamos por otro modelo energético basado en el ahorro y en las energías renovables. Cualquier planteamiento racional para la mejora del actual modelo energético pasa obligatoriamente por un ambicioso y urgente ahorro energético. Paralelamente a este ahorro se deben sustituir las actuales fuentes de energía basadas mayoritariamente en los combustibles fósiles y en las nucleares por otras energías limpias, gratuitas e inagotables como las energías renovables. Otro modelo energético donde la sociedad pueda participar en la elección de los métodos de producción de energía, lejos de la actual dictadura energética, y donde se produzca una energía menos centralizada y más cerca de los lugares de consumo.

Recalcamos que un modelo energético sostenible que satisfaga las necesidades presentes sin hipotecar las necesidades de las generaciones futuras nunca podrá incluir a la energía nuclear. La energía nuclear no es renovable: al necesitar un peligroso y finito combustible como es el uranio, la energía nuclear no es segura: al ocasionar de forma habitual fugas radiactivas y ser una amenaza constante de accidente nuclear, y la energía nuclear no es limpia: al producir peligrosos residuos radiactivos que soportarán durante miles de años las generaciones venideras. La energía nuclear por tanto no es ninguna solución al cambio climático ni es un ningún método sostenible de generación eléctrica.

Por último, exigimos al presidente Zapatero que sea valiente y cumpla con una de las promesas electorales que le aupó a la presidencia del gobierno, la de abandonar la energía nuclear. La central nuclear de José Cabrera en Guadalajara, conocida como Zorita, cerrará definitivamente dentro de 6 meses. Mientras, la central nuclear de Santa María de Garoña, que tan solo aporta el 1,5% de la electricidad, sobradamente amortizada por sus propietarios, con graves problemas de corrosión, con grietas en partes fundamentales para su seguridad, la más vieja y peligrosa de las centrales nucleares, se convierte meritoriamente en la próxima en la lista de cierre. Garoña pasa entonces a ser el principal objetivo de las personas que deseamos vivir en una sociedad sostenible, en una sociedad en paz con la naturaleza. Porque sabemos que mientras esta vieja nuclear esté activa el tiempo corre en nuestra contra, pedimos una vez más: Garoña cierre ya!