Muchas de estas infraestructuras se encuentran desprovistas de cualquier elemento que impida el acceso a su interior y de cualquier tipo de señalización que advierta del peligro, con el consiguiente riesgo para las personas, especialmente para los niños que pudieran acercarse a los mismas.

En una visita a uno de estos depósitos, tras el aviso de un agricultor de que en su interior se encontraba un ejemplar de garduña atrapado, pudimos comprobar y recoger además de dicho ejemplar muerto, los restos de al menos veintidós individuos de distintas especies que habían muerto de inanición.

Entre los restos óseos encontrados se encontraban los de especies como garduña, tejón, zorro, conejo, comadreja y turón.

Si extrapolamos estos datos al total de infraestructuras de este tipo abandonadas que existen en la nuestra comarca, las cifras pueden ser verdaderamente alarmantes, máxime cuando todas estas muertes serían fácilmente evitables con la colocación de una simple malla perimetral de protección que evitara el acceso de la fauna a estas trampas mortales.