A pesar de la necesidad de cambiar el modelo de movilidad urbana, las políticas municipales en esta materia siguen perpetuando un modelo en el que el que el coche es el eje central. Ello a pesar de que la forma en que se gestiona la forma de movernos en la ciudad y las políticas que se ponen en marcha en esta materia, son clave para definir una ciudad en la que se reduzcan las emisiones de gases de efecto invernadero, mejore la calidad del aire, garantice el acceso universal y se pongan en marcha alternativas de transporte no motorizadas y de movilidad sostenible.

Año tras año venimos denunciando que desde el equipo municipal, aun a pesar de sumarse a la convocatoria europea, no hay una estrategia de movilidad sostenible con objetivos y medidas permanentes que realmente supongan un cambio modal, reduciendo el uso del coche a favor de medios alternativos. Además de la falta de interés en el tema y la ausencia de medidas, tampoco existen mecanismos de participación que puedan propiciar un dialogo que tenga como resultado el desarrollo de iniciativas que muestren compromiso por gestionar el cambio de modelo urbano.

La forma que desde el Ayuntamiento se propone celebrar la Semana de la Movilidad es una actuación de cara a la galería, de actuaciones puntuales sin compromiso de continuidad. Además, tiende a confundir los objetivos de esta convocatoria y especialmente, rechaza restringir el trafico, cuando es una de las actividades más importantes que se plantean desde la Comisión Europea. En general, se ha dejado de lado el espíritu de la convocatoria y se queda en la anécdota, confundiéndolo en algunos casos con actividades de educación vial, que aunque es de gran importancia, no es el objetivo que se persigue con la Semana de la Movilidad.

Desde la perspectiva actual en la que nos encontramos con un modelo de ciudad creado para el coche, queremos proponer una serie de actividades en las que reivindicar, visibilizar y debatir sobre esta cuestión. Para Ecologistas en Acción es necesario apostar por otro modelo en que el coche deje de ser la forma predominante de moverte en la ciudad y que se actúe de forma consecuente con el problema del cambio climático, apostando por reducir las emisiones de CO2.