José Fiscal, consejero de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio de la Junta de Andalucía desaprovechó ayer la oportunidad de reconocer la precaria realidad del lobo ibérico en Andalucía, sustituyéndola por un relato falso que oculta la grave responsabilidad de la administración pública en el declive, si no la extinción, de una especie emblemática y con una funcionalidad ecológica fundamental en los ecosistemas.

El Sr. consejero falta a la verdad cuando anuncia la puesta en marcha de un “II Plan de Recuperación del lobo ibérico en Andalucía”. Nunca hubo un primer Plan de Recuperación para el lobo en Andalucía, porque para eso hay que dar un paso previo que la Junta de Andalucía se ha negado sistemáticamente: la catalogación del lobo en la categoría de “En Peligro”. Si no hay catalogación no puede hablarse legalmente de Plan de Recuperación, y el Sr. Consejero lo sabe, entre otras cosas porque así se lo ha expuesto por escrito y personalmente Ecologistas en Acción. Esa catalogación era la noticia que esperábamos anunciara el sr. Fiscal en el día de ayer, y no unas declaraciones irresponsables. Es más, al no catalogar a la especie en la categoría que corresponde en función de su situación, la Junta de Andalucía está incumpliendo su propia normativa.

Es falso, Sr. Consejero, que “sin el primer programa de recuperación, el lobo se habría extinguido en Andalucía; y desde 2003 hemos conseguido mantener la población, dividida en dos núcleos, uno en Sevilla y el oeste de Córdoba, con una o dos manadas; y otro en el este de Córdoba y en Jaén, con cuatro o cinco manadas”. El programa de Conservación, que no de Recuperación ha sido un rotundo fracaso, sus técnicos lo saben y usted debería de saberlo. No hay evidencias científicas del mantenimiento de esas poblaciones a las que alude el Consejero, y ninguna perspectiva de la recuperación de la especie y de la colonización de sus antiguos dominios. De hecho, la tendencia es decreciente, si consideramos el mejor indicador disponible con lobos (el nº de grupos reproductores), habiéndose reducido el número de grupos reproductores desde cinco hasta uno solo, según los propios datos de la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio.

Y ha sido un fracaso, por una dirección técnica errónea, por una asignación raquítica de recursos y por desviarse intencionadamente del principal factor que incide desde hace décadas negativamente sobre la especie, el modelo de gestión cinegética predominante en Sierra Morena, con fincas cerradas con mallas cinegéticas, uso de venenos, caza intensiva…

Ecologistas en Acción denuncia por enésima vez el gravísimo daño que está ocasionando la actitud de sumisión, de ocultación, de temor y de servilismo que la Consejería de Medio Ambiente mantiene ante el lobby cinegético, convertido y reforzado por las propias administraciones públicas en un poderoso grupo de influencia y de presión. Una actitud que, con el fin de no perjudicar los intereses de los grandes propietarios y gestores de fincas de caza, son capaces hasta de permitir con su silencio cómplice, la extinción de lobo en Andalucía, como así de hecho ha ocurrido.

Igualmente, el Sr. Consejero miente, cuando anuncia la implicación de “todos los sectores que intervienen…”. No es cierto, Ecologistas en Acción de Andalucía y otras importantes ONGs no participan de esta farsa, y no lo hará si antes no se explica al conjunto de los ciudadanos/as lo que ha ocurrido durante todos estos años (2003/2015) de nefasta gestión y si no se cataloga al lobo como corresponde, con todas sus consecuencias legales, incluyendo la redacción de manera participada con los agentes sociales, de un Plan de Recuperación consecuente con la crítica situación de la especie en Andalucía, un Plan efectivo y vinculante en sus determinaciones, aprobado, como es preceptivo, por Decreto de la Junta de Andalucía, y no unas meras recomendaciones que no ponen en cuestión el modelo de caza industrial en Sierra Morena, como demuestra el apoyo de los sectores cinegéticos a este Plan virtual.

De seguir con esta política, es posible que José Fiscal sea el consejero bajo cuyo mandato se extinga el lobo en Andalucía.