Ecologistas en Acción ha considerado primordial llevar a cabo una restauración integral de las marismas de Doñana y del Guadalquivir, para dar respuesta a uno de los principales retos que tiene el espacio natural si se quiere garantizar su futuro.

Esta reivindicación con el río Guadalquivir supone defender lo que en su día recomendaron los científicos respecto a la recuperación de su desembocadura, que implica llanuras de inundación, esteros o caños.

Esto contribuiría a llevar a cabo la restauración hídrica de las marismas, algo necesario si se tiene en cuenta que históricamente las marismas llegaron a tener 150.000 hectáreas y hoy tan solo 27.000 hectáreas.

Hay parte de la marisma transformada en secano que es inútil, por ejemplo la que se encuentra en las fincas de Cochinato y Cerrado Garrido, en el entorno del centro de interpretación José Antonio Valverde.

Estas fincas podrían ser incluidas en el espacio protegido y dotarlas de agua. Este extremo estaba previsto en el programa Doñana 2005, proyectado tras la catástrofe de la mina de Aznalcóllar.

Alertamos que Doñana ahora mismo es un desierto, ya que la avifauna ha tenido que salir del perímetro del espacio natural y trasladarse hasta la zona de los arrozales, por ello, consideramos necesario una intervención y recuperación hídrica en los brazos de todos los caños que le amputaron a Doñana.

Es básico que se recuperen todos los aportes hídricos de todas las cuencas vertientes a Doñana y que se haga un deslinde del dominio público hidráulico.