El principal uso de los neumáticos que se desechan de nuestros vehículos es el de servir como combustible en fábricas de cemento.

Carlos Arribas Ugarte, Ecologistas en Acción. Revista El Ecologista nº 87.

El principal uso de los neumáticos que se desechan de nuestros vehículos es el de servir como combustible en fábricas de cemento. Esto, aunque favorece a la industria del cemento y a la de la incineración, ocasiona graves problemas de contaminación. Sin embargo, hay una gran cantidad de usos posibles de estos neumáticos alrededor del reciclaje y reutilización (recauchutado, uso en firmes de carreteras, etc.) que son mucho más razonables y con mejor perfil ambiental.

Los neumáticos son el único contacto de los automóviles con el pavimento de las carreteras y de él depende (junto con los amortiguadores) el agarre al mismo y la tracción del motor. Son productos de muy alta tecnología, con centenares de componentes diferentes (mezcla de caucho natural y sintético, negro de humo, textil, acero, sílice, sustancias que facilitan el vulcanizado de las gomas, como azufre, óxido de cinc, acelerantes-activadores, antidegradantes, nanopartículas [1] como nanotubos de carbono y nanodióxido de silicio, etc.), que deben cumplir con su misión esencial en condiciones extremas de temperatura, presión, diferentes superficies de rodadura con distintas fricciones, ser estables y resistir la degradación de diferentes agentes como el ozono troposférico… en definitiva el neumático está diseñado para ser indestructible y se estima en centenares de años el tiempo de su degradación natural. Esa fortaleza lleva asociada una gran debilidad, pues una vez fuera de uso el neumático es de imposible integración en los ciclos naturales, y por tanto es un residuo que crea graves problemas ambientales.

Muchas veces el destino de los neumáticos fuera de uso (NFU) ha sido el vertedero o su acumulación en depósitos al aire libre. Los problemas ambientales asociados a esa forma de gestión son enormes. Los NFU permiten la acumulación en su interior de agua de lluvia y son reservorio de larvas e insectos que pueden propagar enfermedades y afectar la salud pública (el dengue y la fiebre amarilla en los países tropicales, y el virus del chikungunya [2]). Los incendios de los depósitos de NFU suelen ser frecuentes, con emisiones de sustancias tóxicas a la atmósfera y de difícil extinción dado el alto poder calorífico de ese residuo [3].

En España en 2004, un año después de prohibirse el depósito [4] en vertedero de neumáticos enteros, ese era el método más frecuente (50%) de deshacerse de ese residuo, por delante del reciclado (14%), recauchutado (12%) e incineración (17%).

El vertedero de Seseña
Uno de los vertederos de NFU más espectaculares en el Estado español y demostrativos del fracaso en la gestión de esos residuos es el existente en los términos de Seseña y Valdemoro al sur de la Comunidad de Madrid y en el límite con Castilla-La Mancha. Ocupa casi 10 hectáreas, a unas centenares de metros del barrio del Quiñón construido por Paco “El Pocero”. Llegó a almacenar entre 2000 y 2011 10 millones de NFU con la permisividad de las administraciones locales y autonómicas.

El Ayuntamiento de Seseña, junto con las Comunidades de Madrid y Castilla-La Mancha aprobaron un plan de desmontaje de ese vertedero mediante la exportación de los NFU en buen estado y la trituración del resto y su posterior valorización material y energética, que durará más de tres años. Se estima que si ese vertedero se incendiara de forma accidental habría que desalojar a los habitantes de las 11.000 viviendas de ese barrio por los humos tóxicos y afectaría de forma grave a la navegación aérea, hasta el posible cierre del aeropuerto de Barajas.

Generación y gestión de NFU en el Estado español: cada vez menos reciclaje y más incineración

La generación de los NFU depende fundamentalmente del grado de motorización de una sociedad. El máximo en España se alcanzó al final del ciclo de la “década prodigiosa” de la burbuja inmobiliaria 1998-2008, con casi 350.000 toneladas en 2007. En 2013 se pusieron en el mercado 193.540 t, con una tendencia decreciente y un mínimo en 2012 de 174.415 t. En 2014 volvieron a crecer [5] seguramente por el leve aumento de la motorización y consumo de carburantes [6].

La gestión de los NFU reposa en los Sistemas Integrados de Gestión (SIG) creados alrededor de la aprobación del RD 1619/2005, sobre la base del principio comunitario de la “responsabilidad ampliada del productor”, que obliga a los productores, distribuidores e importadores a hacerse cargo de ese residuo, bien de forma individual o adscritos a un SIG. Se constituyeron dos SIG en España: Signus Ecovalor, que agrupa a los principales fabricantes (Bridgestone, Continental, Pirelli, Michelin, Goodyear) y TNU, que agrupa a los distribuidores e importadores.

Esos SIG se encargan de la recogida de los NFU de talleres y desguaces y su entrega a gestores que valoricen esos residuos. Son entidades sin ánimo de lucro y se financian con la tasa que adelanta el comprador del neumático (1,46 € por cada neumático de turismo en Signus y 1,21 € en TNU en 2015).

Los objetivos del Plan Nacional de NFU 2001-2006 (recauchutado 20%, reciclado 25%) para 2007 no se cumplieron. El Plan Nacional Integrado de Residuos 2008-2015 estableció unos objetivos de gestión para 2015: recauchutado (20%) y reciclaje (55%) crecientes e incineración (20%) decreciente. Para el reciclaje se imponía un objetivo de reutilizar el 45% del caucho en mezclas bituminosas de carreteras y una recuperación del 100% del acero.

Sin embargo la realidad actual es muy diferente y los objetivos de recauchutado y reciclaje están cada vez más lejos de conseguirse y en cambio la incineración supera ampliamente lo planificado. En 2013 tan solo se reutilizó o recauchutó el 11% de los NFU. En 2014 Signus Ecovalor tan solo recauchutó 4.358 t, un 2,5% de los NFU recogidos [7]. Ha descendido el número de instalaciones de recauchutado y de granulación en los últimos años. La utilización del caucho triturado para preparar mezclas bituminosas es ridícula (0,84% de los NFU recogidos en Signus en 2014, que supuso la construcción de 240 km de carreteras de goma y 0,07% en TNU en 2013 [8]), a pesar de las ventajas que reporta [9] (mayor duración, disminución del ruido, sustitución de otros polímeros procedentes del petróleo, reducción en el mantenimiento, mayor capacidad drenante del agua,…) y muy alejada de las determinaciones [10] del PNIR 2008-15. La valorización material (pistas deportivas, parques infantiles, césped artificial, etc.) también está muy alejada de los objetivos del 55% del reciclado del PNIR, pues supuso el 28,8% en Signus en 2014 y un 34,3% en TNU en 2013.

Por el contrario la incineración de NFU en las cementeras aumenta sin cesar, a pesar del descenso espectacular en la producción de cemento en el último quinquenio. En 2013 se incineraron 100.662 t de NFU en 17 fábricas de cemento, el 48,1% del total recogido, muy por encima del objetivo a conseguir en 2015. En 2014 Signus ha enviado a las cementeras y a las incineradoras de RSU de Mallorca y Melilla 90.000 t de NFU para su utilización como combustible o como materia prima (acero [11]) para producir clínker, el 51,4% del total de NFU recogidos. Se han presentado varios proyectos de pirólisis y termólisis de NFU (degradación térmica en ausencia de oxígeno) que han sido rechazados por la oposición social y porque en definitiva suponen otras variantes de la incineración.

Se constata por tanto el sonoro fracaso de los SIG en la gestión de los NFU, pues son los principales responsables del incumplimiento los objetivos ambientales establecidos por el PNIR 2008-2015 (reciclado y utilización en firmes de carreteras) y prevalen los intereses de la industria del cemento y de la incineración, que justamente es la gestión que peores resultados ambientales produce.

El análisis del ciclo de vida de los NFU confirma las ventajas del reciclado material.

Una herramienta útil para estudiar el comportamiento ambiental de las diferentes alternativas de gestión es el análisis del ciclo de vida. Existe un interesante análisis de ciclo de vida [12] que compara dos alternativas de gestión de los NFU: la incineración en cementeras y la valorización material del neumático. Ese estudio compara nueve categorías de impacto ambiental de las dos opciones: valorización material del polvo de neumático y su utilización en mezclas bituminosas para carreteras o para pistas deportivas sustituyendo al caucho natural o sintético y reciclado del acero, frente a la coincineración en cementeras como fuente de energía y de acero para producir clínker (huella de carbono, demanda energética, consumo de materias primas, emisiones de óxidos de azufre-acidificación, toxicidad y riesgo carcinogénico, emisión de partículas, ozono fotoquímico, etc.). El resultado es totalmente favorable al reciclado de los NFU frente a la incineración, especialmente en las categorías de cambio climático, demanda de energía y acidificación. No existe diferencia en el consumo de acero ya que ese material forma parte de la constitución del clínker y por tanto se considera reciclado [13] en las dos opciones.

Emisiones de sustancias peligrosas en la incineración de los NFU.

Los NFU no se consideran residuos peligrosos, aunque alrededor del 1,5% son sustancias peligrosas incluidas en el Anexo I del Convenio de Basilea: óxido de cinc (necesario para la vulcanización del caucho sintético), cobre en aleaciones en las cuerdas metálicas, trazas de plomo y cadmio (inseparables del cinc por su afinidad química y el óxido de plomo utilizado como agente vulcanizador de los cauchos clorados), goma butílica halogenada CIIR, etilentiourea (mutagénico, cancerígeno, tóxico para la reproducción, utilizado como acelerante de la vulcanización), ditiocarbamato de cinc (tóxico, acelerante), nanopartículas de dióxido de silicio, etc. Además de las anteriores los NFU contienen una gran cantidad de sustancias [14] que afectan a la salud y al medio ambiente: ftalatos como aglomerantes de los cauchos, impurezas policiclos aromáticos en el negro de humo, fenilnaftilamina, etc.

La incineración de los NFU emite numerosos contaminantes a la atmósfera: óxidos de azufre y de nitrógeno, hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP), dioxinas y furanos, compuestos orgánicos volátiles (COV) (tricloroetileno), fenol, cianuros y ácido cianhídrico, partículas PM10, metales pesados: cinc, plomo, cadmio, mercurio, etc. [15]. Las fábricas de cemento no están especialmente dotadas para controlar la emisión de algunos de esos contaminantes, especialmente los metales pesados volátiles y semivolátiles (mercurio, cadmio, talio), los HAP, los COV, etc., ya que solamente retienen con alguna eficiencia las partículas con electrofiltros o filtros de mangas. La industria del cemento ha sido asociada por algunos epidemiólogos [16] del Instituto Carlos III de Salud de Madrid con la mayor ocurrencia de mortalidad por cáncer en las cercanías de esas instalaciones. Las cementeras están utilizando los NFU como combustible desde hace más de 15 años.

Y el principio de jerarquía en la gestión de los residuos ¿dónde lo colocamos en el caso de los NFU? La economía circular.

Aparte de las razones ambientales y de salud pública hay poderosas razones de tipo legal que suponen una censura total al actual modelo de gestión de los NFU en España. La Directiva Marco de Residuos 2008/98/CE (DMR) y la Ley 22/2011 de residuos y suelos contaminados [17] establecen el llamado principio de jerarquía [18], donde la preparación para la reutilización y el reciclado son prioritarios sobre la llamada “valorización energética”, eufemismo de la incineración. Es decir que cualquier plan que contemple la incineración de los NFU estaría incumpliendo ese principio de jerarquía.

La Comisión Europea aprobó en octubre de 2014 una propuesta legislativa de modificación de la DMR en la que se contemplaban los principios de la economía circular para aumentar el reciclado de los residuos. La nueva Comisión formada en noviembre tras las elecciones europeas de mayo de 2014, dirigida por J.C. Juncker, desechó esa propuesta y se comprometió a presentar una iniciativa legislativa para otoño de 2015. El Parlamento Europeo aprobó una importante Resolución [19] el 9 de julio de 2015 en la que insta a establecer valores mínimos de materiales reciclados en los nuevos productos y a reducir la extracción y el uso de los recursos, con el objetivo de conseguir una economía que cierre los ciclos de los materiales.

En el caso de los NFU eso pasaría por obligar a los productores de neumáticos a utilizar los materiales procedentes del desguace de los neumáticos (polvo de neumático, acero y textiles) en la fabricación de nuevos neumáticos. Hay un problema con los cauchos vulcanizados que exigiría I+D, pues en principio por sus propiedades no se podrían utilizar como materia prima de nuevos neumáticos, sin antes pasar por un proceso de desvulcanizado, que rompa los enlaces carbono-azufre y azufre-azufre de los polímeros lineales entrecruzados. Ese proceso tendría importantes emisiones de benceno, tolueno y heptano, y la calidad del producto obtenido es menor que la de los cauchos vírgenes.

No habría ningún problema en exigir la circularidad en el caso del acero y de las fibras textiles recuperadas.

Usos prioritarios de los NFU frente a su incineración
1) Prevención

En lo más alto del principio de jerarquía está la prevención, o sea el ecodiseño del neumático para que sea duradero, utilice el mínimo de materias primas vírgenes, no contenga sustancias peligrosas y se posibilite su recauchutado y reciclaje al final de su vida útil. Por supuesto que en paralelo se debería disminuir el índice de motorización, la movilidad y apostar por el transporte público y la creación de proximidad.

2) Reutilización y el recauchutado

a) Reutilización. Algunos neumáticos descartados en realidad pueden reutilizarse y prolongar su vida antes de convertirse en NFU, pues han sido desechados por motivos diferentes al del fin de su vida útil. En algunos se puede reesculturar la capa de rodadura manteniéndola.

b) Recauchutado o renovación. Se trata de añadir una nueva banda de rodadura a la carcasa del neumático. Para ello se ha de eliminar la banda de rodadura usada y sustituirla por la nueva. Se puede hacer en frío o en caliente, vulcanizando la nueva banda de rodadura. Los neumáticos de turismo solamente se pueden recauchutar una vez (Reglamento de NN UU ECE 109 y 109), en cambio los de camión se recauchutan hasta 4 veces y los de los aviones hasta 10.

En algunos países es obligatorio el uso de neumáticos recauchutados en organismos oficiales. El ahorro de materiales [20], energético y el descenso de la huella de carbono son considerables.

3) Valorización material

Los NFU enteros se pueden utilizar en obra civil (rellenos de taludes, defensa de muelles en puertos, etc.) o en vertederos como elementos de protección. Una vez separado el acero y la fibra textil del caucho, se pueden reciclar al 100% los tres materiales.

- Caucho granulado o polvo de caucho. El caucho se tritura y se obtienen dos fracciones con usos diferentes: los granos inferiores a 2 mm suelen usarse en mezclas bituminosas [21] y materiales moldeados o extruidos, los superiores a 2 mm se utilizan para base de vías de trenes y tranvías, rellenos de campos deportivos de césped artificial, campos de atletismo, parques infantiles, guardarraíles en carreteras, material aislante térmico y sonoro, baldosas, calzado, etc.

- Acero: se puede volver a fundir y darle nuevos usos de alta calidad.

- Fibras textiles: se pueden reciclar completamente.

[1] Nanotoxiques. Una enquête. Roger Lenglet. Actes Sud, 2014. Hay crecientes evidencias sobre la toxicidad de las nanopartículas. El desgaste de los neumáticos produce una dispersión difusa de esas nanopartículas en la atmósfera. El nanodióxido de silicio ha sido clasificado por la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC) dependiente de la OMS como posiblemente cancerígeno en 2006.

[2] La aparición en España en 2004 de ese virus tropical alojado en el mosquito tigre pudiera estar relacionada con la importación de una partida de neumáticos usados procedentes de Asia. Llegó a las costas del Mediterráneo y se ha ido extendiendo alrededor de la A7.

[3] El incendio más duradero tuvo lugar en 1989 en Powys (Gales), ardieron 10 millones de NFU y duró 14 años, con importantes emisiones sin control de óxido de cinc, fenoles, benceno, dioxinas y materia particulada.

[4] El Real Decreto 1481/2001, de 27 de diciembre, prohibió el vertido de NFU enteros a partir de julio de 2003 y de NFU troceados a partir de julio de 2006. Haciendo balance se puede considerar que el gran beneficiado por esa medida no ha sido el medio ambiente sino el sector cementero e incinerador.

[5] La recogida de NFU de Signus Ecovalor aumentó en 2014 un 7,75% respecto a 2013. De todas formas hay una discordancia de un 8% entre los neumáticos puestos en el mercado y los recogidos, debido a un flujo de NFU provenientes de importadores o de venta por internet que no están adscritos a ningún SIG y que no pagan los costes de gestión.

[6] Según datos de Cores, el consumo de carburantes (gasolina y gasóleos) aumentó en 2014 de 32,885 en 2013 a 32,943 mill de t.

[7] Memoria de Gestión 2014 en www.signus.es

[8] Memoria de Gestión 2013 en www.tnu.es

[9] Manual de empleo de caucho de NFU en mezclas bituminosas, CEDEX, mayo 2007, en http://www.cedex.es/NR/rdonlyres/27EDCC96-7C3A-42B5-96B7-F6B87D0BD3DF/116371/Manual_NFU.pdf

[10] El PNIR 2008-15 establecía esta optimista perspectiva a la vista de su nulo desarrollo: “Las Administraciones Públicas fomentarán el uso del polvo de caucho procedente del reciclado de NFU como material constituyente de diversos productos, fundamentalmente en las obras públicas y en particular, en las mezclas bituminosas para la construcción de carreteras, siempre que sea técnica y económicamente posible. Se ha estimado que la apertura de este mercado de carreteras al caucho, podría dar salida al 40% de los NFU generados.”

[11] Los neumáticos contienen entre un 15% (turismos) y un 25% (camiones) de acero de alta calidad y pureza, que en el horno de cemento se “coprocesa”, pues queda integrado en el clínker como fuente de hierro, una de las materias primas.

[12] Comparative life cycle assessment of two options for waste tyre treatment: material recycling versus co-incineration in cement kilns, Institute for Energy and Environmental Research, Heidelberg, Germany, y otros, 2009. En http://www.genan.eu/Admin/Public/DWSDownload.aspx?File=/Files/Filer/pdf/LCA_-_Material_recycling_vs._co-incineration_in_cement_kilns.pdf

[13] Aunque aquí habría que matizar que utilizar el acero de los NFU “Premium Grade” de alta calidad, que solamente se elabora en unas pocas acerías en el mundo, como materia prima para producir cemento es un despropósito monumental desde el punto de vista de la innecesaria degradación de la calidad de los materiales y el aumento de la entropía (Georgescu Roegen). El clínker contiene entre un 1,5 a 4,5% de óxido de hierro, que procede normalmente de minerales (hematíes, magnetita) o materiales residuales de escasa calidad y valor: cenizas de tostación de la pirita, lateritas, chatarra de hierro, lodos rojos, polvo de alto horno, etc.

[14] Guía resumida de polímeros sintéticos utilizados para caucho y elastómeros FT-16-0 , Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo, Ministerio de Empleo y Seguridad Social, http://www.insht.es/InshtWeb/Contenidos/Documentacion/FichasTecnicas/Plasticos/Ficheros/FT_16_0.pdf

[15] Revised technical guidelines on environmentally sound management of used tyres, Basel Convention, Ginebra 2010, en http://www.basel.int/Implementation/TechnicalMatters/DevelopmentofTechnicalGuidelines/AdoptedTechnicalGuidelines/tabid/2376/Default.aspx#

[16] Cancer mortality in towns in the vicinity of installations for the production of cement, lime, plaster, and magnesium oxide, Gonzalo López Abente et al, Chemosphere 128 (2015) 103–110. En https://www.navarra.es/NR/rdonlyres/3B6D173E-8FFF-49B8-8C34-9386F4F80168/308426/chemosphere2015cementeras.pdf

[17] El RD 1619/2005 debe ser adaptado a esta Ley, cosa que no ha sucedido hasta el momento.

[18] Artículo 4 de la DMR. Precisamente la única justificación legal para apartarse de ese principio en algún flujo de residuos es el resultado del análisis de ciclo de vida sobre los impactos globales de la generación y gestión de esos residuos, lo que no es el caso para los NFU como hemos comentado anteriormente.

[19] Uso eficiente de los recursos: avanzar hacia una economía circular, en http://www.europarl.europa.eu/sides/getDoc.do?pubRef=-//EP//TEXT+TA+P8-TA-2015-0266+0+DOC+XML+V0//ES

[20] 45% en los neumáticos de turismo y del 70% en los de camiones. Análisis de la eficiencia medioambiental del recauchutado de neumáticos, Miguel Sánchez, Marta Guzmán, Universidad Miguel Hernández, Elche (Alicante), 2013.

[21] El Ministerio de Fomento modificó el Pliego de Prescripciones técnicas generales para obras de carreteras y puentes PG-3 para incluir el polvo de caucho procedente de NFU en la licitación de carreteras de interés general. Su última versión es la Orden FOM 253/2014, BOE 3.01.2015