Respondiendo a las declaraciones del pasado día 20 de la directora de Lafarge en Villaluenga, Maruxa Suárez, la Plataforma Toledo Aire Limpio, en la que participa Ecologistas en Acción, considera que no se justifica de ningún modo la necesidad de que se quemen en su cementera las 60.000 toneladas de lodos de aceites usados e hidrocarburos de la laguna tóxica de Arganda del Rey.

Para ellas la Comunidad de Madrid no sólo no había encontrado en treinta años un destino razonable, sino que rechazaba de plano, ante la firme oposición de los vecinos, que se quemaran en su Comunidad.

Sin embargo, en Castilla-La Mancha, nos encontramos con el beneplácito del Viceconsejero de Medio Ambiente, que, como comunicó a Toledo Aire Limpio, tiene intención de permitirlo en la cementera de Lafarge, decisión que es saludada por la directora de la fábrica como “la mejor solución para tratar estos residuos y por la que apuesta la directiva europea”.

Sin embargo esto no es en absoluto cierto ni lo que quiere la comarca ni la provincia de Toledo. El pasado viernes el Pleno de la Diputación, por unanimidad de todos los grupos políticos, ha aprobado la moción presentada por IU-Ganemos contra la incineración de estos lodos de Arganda, basándose en criterios de lógica responsabilidad. Es material muy tóxico, no ha sido generado en Castilla-La Mancha y habría que informar y escuchar previamente a la población afectada. Criterios que se traducen en los principios que toda normativa europea invita a respetar: el principio de precaución, el de proximidad y el de seguridad jurídica. Y aún va más lejos la moción aprobada, pues pide a la autoridad ambiental que revise de oficio la incineración de residuos en las cementeras de La Sagra toledana.

No obstante, este bienvenido acuerdo de la diputación, que anuncia un aire renovador en las instituciones, contrasta con la actitud de la Viceconsejería de Medio Ambiente de plegarse a los intereses de la fábrica evidenciando un contagio de las viejas prácticas de no informar a los vecinos y de poner por encima del derecho a la salud y al medio ambiente la garantía de los beneficios de una gran multinacional, a la que, dicho sea de paso, se le mantiene hasta 2020 la misma asignación gratuita de derechos de emisión de CO2 a pesar de haber caído a la mitad su producción de clinker. Y esto, en plena lucha contra el cambio climático.

Dice también la señora Suárez que el combustible derivado de los lodos de Arganda “tiene las mismas garantías que cualquier combustible alternativo y está sometido a todo tipo de controles ambientales”. Pero no es eso lo que aseguran los informes de la Agencia Europea de Medio Ambiente a partir de 2009, que le invitamos a leer. En ellos se pone de manifiesto que los contaminantes conocidos y controlados por las autorizaciones ambientales de las cementeras que incineran residuos son sólo una pequeña parte de la gran masa de nuevos y más peligrosos contaminantes que se emiten a la atmósfera detectados en las inspecciones más recientes. Además, estos contaminantes son de imposible control, pues están originados por las reacciones imprevisibles entre la abigarrada gama de residuos que se incineran.

Por ello, no nos consuela el que diga la directora que los lodos tóxicos que se van a quemar en Lafarge han sido previamente tratados y procesados hasta convertirlos en combustible industrial, ya que se emitirían igualmente a la atmósfera todos los elementos perniciosos de su composición de origen.

Para finalizar, lo que menos se entiende es que se haya autorizado a la cementera de Villaluenga a causar en el entorno una carga de contaminación de tal magnitud cuando se conocen los datos de la Agencia Europea de Medio Ambiente de 2011, en los que se asegura que dicha fábrica ha contribuido a la pérdida de expectativa de vida entre la población colindante y a muertes asociadas a la contaminación atmosférica. Daños que la propia Agencia cuantifica en 80 millones de euros.

Urge, pues, que se tomen medidas como la que propone la Diputación de Toledo para proteger la salud de los vecinos y desde Toledo Aire Limpio así se lo exigimos al gobierno regional y, en particular, a la Viceconsejería de Medio Ambiente.