Ecologistas en Acción denuncia que la dirección del Parque Natural de la Sierra de Grazalema está autorizando a cotos de caza el uso de lazos y trampas para eliminar los depredadores. El objetivo pretendido es el exterminio de zorros y perros asilvestrados, pero teniendo en cuenta que estos métodos no son selectivos, puede caer cualquier tipo de depredador de tamaño medio, como meloncillos, tejones, gatos monteses, nutrias… todos ellos protegidos por la Ley.

La autorización de estas trampas vulnera diversas normas legales: el Convenio de Berna, relativo a la Conservación de la Vida Silvestre y del Medio Natural en Europa; la Directiva 92/43/CEE del Consejo relativa a la conservación de los Hábitats Naturales y de la Flora y Fauna Silvestres; la Ley 4/89 de Conservación de los Espacios Naturales y de la Flora y Fauna Silvestre; y la recientemente aprobada Ley 8/2003 de la Flora y Fauna Silvestre de Andalucía, que en su Anexo I prescribe claramente que se consideran métodos de captura prohibidos “Los lazos y anzuelos, así como todo tipo de cepos y trampas”. Es incomprensible que se hayan dado estas autorizaciones que vulneran claramente la normativa legal, y podrían ser constitutivas de delito penal.

La Consejería de Medio Ambiente está promoviendo el uso de trampas sin ningún tipo de control -como denunció recientemente Ecologistas en Acción en una finca de Grazalema-, que, unido al uso de venenos, están teniendo unas consecuencias desastrosas sobre la biodiversidad de este espacio protegido. Estas autorizaciones están fomentando de nuevo la “cultura del alimañero” tradicionalmente enquistada en buena parte del sector cinegético que considera a los depredadores competidores directos por la caza, basándose en una premisa errónea: «cuantos menos depredadores haya, más caza podremos abatir «. En virtud de ello, son los mamíferos carnívoros y las rapaces las especies más perseguidas, a las que se les da el nombre de alimañas, a pesar de que la mayoría están protegidas por la ley y tienen una incidencia depredatoria insignificante sobre especies cinegéticas y mantienen los equilibrios ecológicos de estos valiosos ecosistemas.

Curiosamente, esta labor de exterminio no está sino favoreciendo al zorro, predador oportunista por excelencia que puede nutrirse de la basura y carroña y, además, al eliminarse los restantes depredadores que supondrían un factor limitante para la población de zorros, la zona se convierte en un territorio libre que es de nuevo colonizado por el raposo.

Ecologistas en Acción exige que la CMA depure responsabilidades de forma inmediata, y niegue cualquier nueva solicitud para utilizar métodos prohibidos para el exterminio de depredadores. Caso contrario, interpondremos las correspondientes denuncias ante la Unión Europea y ante los tribunales.