El levante almeriense es una de las zonas con más problemas de ozono de toda España. La estación de control de Bédar es la segunda de Andalucía con peores datos de calidad del aire por culpa del ozono troposférico.

Ecologistas en Acción denuncia que entre 2013 y 2015 se ha incumplido el objetivo legal de protección de la salud establecido para el ozono en 3 de las estaciones de medición de la provincia, afectando a una población que puede rondar los 300.000 habitantes. Dado que las superaciones se producen principalmente en primavera y verano, este contaminante también afecta a un
número indeterminado de turistas que visitan nuestra provincia.

Se define el valor objetivo como el “nivel de un contaminante que deberá alcanzarse, en la medida de lo posible, en un momento determinado para evitar, prevenir o reducir los efectos nocivos sobre la salud humana, el medio ambiente en su conjunto y demás bienes de cualquier naturaleza”. El valor objetivo octohorario para la protección de la salud humana es de 120 microgramos de ozono por metro cúbico de aire (μg/m3), que no deberá superarse en más de 25 días por cada año civil, de promedio en un período de 3 años.

Las estaciones de control de la contaminación atmosférica de referencia de Almería donde en el último trienio se ha superado el objetivo legal de ozono son las de Bédar (55 superaciones/año), El Boticario (28 superaciones/ año) y Rodalquilar (39 superaciones/año). La estación de Mojacar, al llevar en funcionamiento menos de 3 años, aún no presenta datos validadbles, pero de repetirse los datos de 2015, en 2016 incumplirá también con el valor objetivo.

Desde 2005, la Organización Mundial de la Salud ha rebajado el valor objetivo octohorario de protección de la salud humana de 120 microgramos/m3 a 100microgramos/m3 por lo que, de acuerdo con las Directrices de la OMS, “las superaciones promedio serían aún mucho mayores”.

La Ley estatal de calidad del aire establece que las comunidades autónomas adoptarán planes de mejora de la calidad del aire para alcanzar los objetivos establecidos, en las zonas en las que los niveles de uno o más contaminantes regulados superen dichos objetivos, como es el caso del medio centenar de zonas indicadas. Se trata de una medida obligatoria para las autoridades autonómicas, que de ninguna manera se puede entender como discrecional, y es independiente de las iniciativas que pueda adoptar el Gobierno central.

Por ello, Ecologistas en Acción ha registrado formalmente una petición para que la Comunidad Autónoma de Andalucía ponga en marcha los planes de reducción de ozono, con la finalidad de evitar que esta lamentable situación se repita este verano y en años próximos. El 1 de enero de este año han caducado los planes vigentes, realizados por la Junta de Andalucía para las zonas industriales de Carboneras, de Cuevas del Almanzora y para la aglomeración urbana de Almería. La Junta está incumpliendo con la legislación al no actualizar dichos planes e incluir el ozono troposférico como contaminante en ellos.

Mientras que en otros lugares de la geografía española, los planes deben pasar por la reducción del intenso tráfico urbano e interurbano, en el caso de Almería, el origen de los problemas de ozono tiene más que ver con las emisiones industriales de óxidos de nitrógeno por la quema de combustibles fósiles en la planta de cogeneración de Abengoa (en Villaricos), en la cementera de Holcim y en la térmica de Endesa (en Carboneras).

El ozono troposférico, también conocido como ozono “malo” por contraposición al de la estratosfera, es un contaminante secundario producido por la reacción entre la luz solar y el dióxido de nitrógeno emitido por los automóviles y estas industrias. Por inhalación, provoca un incremento del riesgo de enfermedades respiratorias agudas y reducción de la función pulmonar, así como el agravamiento de patologías cardiovasculares. La OMS estima en 1.800 los fallecimientos prematuros anuales en España producidos como consecuencia de la exposición a niveles de ozono como los registrados el pasado verano. En Almería se estaría hablando de más de un centenar de muertes prematuras.

El ozono, además de para las personas, es también tóxico para la vegetación, dañando los bosques y parques urbanos y reduciendo la productividad de los cultivos. Según estudios del Ministerio de Medio Ambiente y del CIEMAT, «Los efectos del ozono en los cultivos se pueden manifestar como síntomas visibles en las hojas, como reducción de la producción y/o calidad de la cosecha, o como un aumento en la sensibilidad frente a ataques de patógenos. El desarrollo de síntomas foliares provocados por el ozono puede suponer una pérdida económica a considerar en aquellos cultivos cuyo valor comercial se basa en la apariencia de las hojas. Este es el caso de cultivos como la espinaca, la lechuga y el
tabaco, en los que se han observados este tipo de daños provocados por las
concentraciones de ozono habituales en la costa levantina. (…) En la zona
de Levante, el ozono puede provocar, en condiciones experimentales,
pérdidas de productividad de hasta un 39% en sandías, un 31% en judías y un
26% en tomates”.

Enlace al estudio del MAGRAMA: