Guelaya-Ecologistas en Acción de Melilla presentó denuncia el 3 de febrero ante la Consejería de Medio Ambiente debido a los olores perceptibles desde hace un año en las inmediaciones de la central eléctrica.

Los olores, que han sido reconocidos por parte de la dirección de la central ante la organización ecologista, se mantienen desde hace un año. El mes de enero fue la fecha que Endesa Melilla fijó para que estuviera resuelto el problema, pero los olores persisten.

La causa de los olores responde a unos nuevos depósitos de combustible, según ENDESA, y durante un año no se ha encontrado ninguna solución técnica.

Son numerosos los melillenses que se han quejado de los olores de la central, aunque son variables en función de la intensidad y dirección del viento, pues pueden presentarse tanto en las casas de Magna Melilla, como en la puerta del hotel Melilla Puerto como en las torres Quinto Centenario, donde existe preocupación por parte de sectores de funcionarios que trabajan allí. El olor llega incluso a la avenida Juan Carlos I.

Han transcurrido más de 3 meses desde que representantes de Guelaya-Ecologistas en Acción se reunieran con personal de la Central eléctrica y de la Consejería de Medio Ambiente para poner fin a estos olores, y al conjunto de la contaminación atmosférica.

“Nos vemos obligados a denunciar los hechos ante la Consejería de Medio Ambiente porque en calidad de autoridad ambiental, ésta debe tomar cartas en el asunto e iniciar un expediente sancionador identificando el origen de los olores y los contaminantes que incluye. No pueden negarse a decir públicamente lo que estamos respirando”.

Además, Guelaya-Ecologistas en Acción mantiene conversaciones con la consejería en las que reivindicamos la revisión de la Autorización Ambiental Integrada concedida en su última actualización en 2013, con el objeto de establecer Valores Límite de Emisión (VLE) acordes con las directivas europeas, la legislación española, y el sentido común.

Melilla no cuenta con estaciones de medición de la calidad del aire atmosférico, lo que hace imposible que los ciudadanos puedan recibir alertas provocadas, por ejemplo, por contaminantes como el ozono, que en registros puntuales realizados en el 2013 presentaron en la ciudad picos preocupantes.

La necesidad de instalar en Melilla estaciones de registro y medición de la calidad del aire es una de las medidas que en las pasadas elecciones autonómicas de mayo la organización ecologista solicitó a todos los partidos que se presentaban.