Los genes son segmentos de ADN que codifican las proteínas necesarias para el desarrollo y la actividad biológica de todo ser vivo. Algunos genes dirigen la síntesis de una o más proteínas, en tanto que otros tienen funciones reguladoras (controlan la actividad de otros genes). Las proteínas son específicas de cada especie, y cada una cumple una función determinada en el organismo. Pueden ser enzimas que catalizan reacciones bioquímicas, hormonas, inmunoglobulinas, transportadoras del oxígeno o de otros compuestos (como la hemoglobina), o desempeñar otras funciones biológicas vitales. Estas funciones están determinadas no sólo por su composición química sino por la forma en que se pliegan, absolutamente clave en la definición de su cometido. El prión de las vacas locas, por ejemplo, era una proteína plegada de forma distinta a la normal.

En los organismos superiores el ADN se encuentra convenientemente guardado en el núcleo celular, formando largas cadenas enrolladas dentro de los cromosomas. Todas las células de un mismo organismo tienen la misma dotación genética, aunque cumplen funciones muy distintas dependiendo de qué genes se activen en cada una: hay células especializadas en la captación de energía solar y su transformación en energía química; otras se encargan de la absorción de nutrientes y de agua; las hay que sirven de soporte para el crecimiento de la planta; hay células reproductoras…. Cada una de estas células sintetiza en cada momento únicamente aquellos elementos que necesita, para lo cual cuenta con mecanismos complejos de regulación de los genes -en los que intervienen otros genes y otros compuestos presentes en la célula-, de tal modo que se produce una determinada proteína sólo cuando y donde es necesaria.

La teoría sobre la cual se basó la ingeniería genética en sus inicios -que cada gen codifica una sola proteína- se desmoronó totalmente al descifrarse el código genético humano en 2001 y descubrirse que el número de genes que tiene una persona no difiere mucho del de un gusano. ¿Cómo es esto posible? Se ha demostrado que cada gen puede dar lugar a varias proteínas, dependiendo de las instrucciones recibidas. Es frecuente que la información genética se edite durante el proceso de síntesis de una proteína, pudiendo dar lugar a varios compuestos distintos. Por otra parte, si bien no sabemos con exactitud cómo se dirigen los procesos de regulación de los genes, es cada vez más evidente que los genes no funcionan de forma aislada: trabajan en equipo, interactuando entre sí y con otros elementos genéticos y celulares. Se trata de procesos sumamente sofisticados, capaces de responder a las necesidades del organismo y a los estímulos de un entorno en continuo cambio.

Según las más investigaciones más recientes:
El genoma, la información heredable que contienen los cromosomas y dirige el desarrollo de un organismo, no consiste en un texto estático que se transmite de una generación a la siguiente. Antes bien, se trata de una compleja máquina bioquímica.” W. Wayt Gibbs [1]


NO TENEMOS MUCHOS MAS GENES QUE UN GUSANO
Ha resultado que las personas tenemos muchos menos genes de lo que se creía hasta que en 2001 se descifró -a grosso modo- el código genético humano.

[1] W. Wayt Gibbs. 2004. El nacimiento de la epigenética. Investigación y Ciencia. Abril 2004 pp. 16-23.