Una vez más, este 11 de marzo, recordamos las víctimas del tsunami y catástrofe nuclear añadida por una industria nuclear, que no tendría que haber ocurrido. Una tecnología humana, y más que humana, orgullosa de que un accidente semejante no tendría lugar en un país desarrollado y seguro, todavía sigue dañando y con repercusiones todavía inéditas a nivel mundial. Aún sus efectos letales se siguen incorporando en la vida marina a través del Pacifico, y aún más de 50.000 personas todavía no pueden regresar a su hogar.

¿Qué más queremos aprender, nuevamente, con potenciales Fukushimas todavía en funcionamiento?

  • Acaso aprender que la contaminación radiactiva no tiene fronteras, que, por tanto, afecta a múltiples países. Vidas y territorios donde sus ciudadanos y habitantes han decidido no tener centrales nucleares, que también afecta a aguas, atmósfera y nutrientes naturales esenciales para la vida en el planeta.
  • Acaso seguir aprendiendo que todo tipo de central nuclear, en su funcionamiento normal, sigue fallando, sigue teniendo errores de diseño, fallos humanos, produciendo emisiones radiactivas, generando residuos activos que son peligrosos durante decenas de durante miles de años, y por tanto siendo potencialmente un nuevo Fukushima.
  • Acaso entender que la seguridad total no se soluciona aprendiendo de nuevas catástrofes, porque nos dicen que nunca se contemplan todas las vulnerabilidades supuestas. Que de nuevas reevaluaciones, de nuevos inevitables sucesos, de nuevos incidentes deben surgir las tecnologías de nueva generación nuclear para así descubrir el milagro del riesgo cero. Pero ese milagro nunca llegará, porque somos humanos.
  • Aprender que de todo nuevo accidente, surgen nuevas recomendaciones, nuevas pruebas para así seguir creyendo en un imposible: el control y la seguridad total. Es decir, que para la próxima nos advertirán para que no nos afecte mortalmente, y que las mejores medidas de descontaminación, que todo el mundo ignora, harán desaparecer el peligro potencial.
  • Aprender a confiar, por último, en que el progreso humano depende de una electricidad barata. Sin embargo, a pesar de que la electricidad nuclear está subvencionada por el Estado, no reduce nuestra factura diaria, que es de las más caras de Europa. La energía nuclear solo sirve para que se enriquezca la industria nuclear y las eléctricas.

Dicen que la anergia nuclear es la más limpia porque la radiactividad no se ve, y la más segura porque la radiactividad no se huele, ni se siente. Pero eso la hace aún más peligrosa.

Porque no queremos seguir aprendiendo mas de esta manera, desde la sociedad civil extremeña, desde el Foro Antinuclear de Extremadura (FEAN), acusamos: al gobierno central, a gobiernos autonómicos, administraciones responsables, partidos políticos corruptos, oligopolio eléctrico, Consejo de Seguridad Nuclear partidario, trabajadores del sector, científicos concernidos y ciudadanos indiferentes, de proseguir en pleno siglo XXI, con una tecnología que ya ha demostrado su incapacidad y una provocación mortal continua, y generadora de la mayor inseguridad residual que nunca civilización anterior ha legado a generaciones futuras.

Por esto, desde el FEAN pedimos que los países vecinos exijan al gobierno español conocer el alcance y consecuencias de un accidente nuclear tanto en Almaraz como en cualquiera de las otras 6 centrales aun abiertas.

Pedimos que profesionales, técnicos y científicos digan la verdad acerca de la física nuclear, de la situación real para gestionar los residuos y del uso militar de los mismos.

Pedimos a ciertos médicos y profesionales de la salud que no engañen mezclando necesidades, uso y efectos de la bioacumulación radiactiva, es decir, no distinguiendo todo un ciclo de energía nuclear de una radioterapia, no diferenciando radiaciones de la vida cotidiana de la enorme cantidad de radiactividad generada por una central.

Que cada uno, a nuestro nivel, somos un poco responsables de lo que ahora callamos o bien dejamos que otros denuncien.

El Foro Antinuclear de Extremadura (FEAN) al que pertenece Ecologistas en Acción, quiere recordar una vez más, este 11 de marzo, a las víctimas del tsunami y la catástrofe nuclear y convoca a todos y todas a realizar una plantación de cerezos, en Navalmoral de la Mata. Ni más Palomares, ni Garoñas o ATI que prolonguen fukushimas potenciales: Por un calendario de cierre para Almaraz y todas las demás.

“El desastre del 11 de marzo de 2011 en Fukushima fue causado por el hombre”. (Comisión parlamentaria en Japón. 2015.).