El millón de habitantes de Extremadura respiraron aire contaminado durante 2015. El Informe anual de Calidad del Aire de Ecologistas en Acción concluye que la totalidad de la población y del territorio de Extremadura estuvieron expuestos a unos niveles de contaminación que superan las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud. La coyuntura meteorológica, el repunte del tráfico, el fraude en las emisiones de los automóviles y la apuesta por las energías sucias en detrimento de las renovables, entre las causas de un problema que afecta a la salud de la ciudadanía, pero también a los cultivos y espacios naturales.

El informe elaborado por Ecologistas en Acción analiza los datos recogidos en 700 estaciones oficiales de medición instaladas en todo el Estado español, entre ellas 6 situadas en Extremadura.

En lo que respecta a Extremadura, entre sus principales conclusiones, destacan:

- En 2015, se ha producido un aumento general de los niveles de contaminación de partículas en suspensión (PM10 y PM2,5), dióxido de nitrógeno (NO2) y ozono troposférico (O3), el primero desde el inicio de la crisis económica en 2008. La contaminación generada desde las principales ciudades y las autovías y autopistas se extiende por el territorio afectando a zonas más alejadas y rurales en la forma de ozono troposférico.

- El informe de Ecologistas en Acción toma como referencia los valores máximos de contaminación recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el objetivo a largo plazo para proteger la vegetación establecido por la Unión Europea. De acuerdo a esos niveles, el aire contaminado afectó en 2015 a la totalidad de la población y del territorio de Extremadura.

- Si se toman los valores límite establecidos por la normativa española y europea, más laxos que las recomendaciones de la OMS, la población que respira aire contaminado por encima de los límites legales alcanza 200.000 habitantes repartidos entre los municipios de Almendralejo, Don Benito, Mérida, Plasencia y Villanueva de la Serena. Y la superficie expuesta a niveles de contaminación que exceden de los legalmente permitidos para proteger los cultivos agrícolas y los ecosistemas naturales abarca la práctica totalidad del territorio extremeño, con la excepción de las ciudades de Badajoz y Cáceres.

- El ozono troposférico es el contaminante que presenta una mayor extensión y afección a la población, con unos niveles que se mantienen estacionarios o incluso al alza. Esto se debe al incremento de las temperaturas medias y de las situaciones meteorológicas extremas (olas de calor) durante el verano, como resultado del cambio climático. Durante el año 2015 los niveles de ozono aumentaron por el mayor calor respecto a los de 2014, de manera que toda la población y el territorio de Extremadura han seguido expuestos a concentraciones de ozono peligrosas para la salud humana y vegetal.

- Aunque el aumento de la contaminación del aire es consecuencia en primera instancia de la coyuntura meteorológica, caracterizada por una mayor estabilidad atmosférica, hay señales preocupantes que advierten de que podemos estar asistiendo a un cambio general de tendencia, tras años de reducción de los contaminantes clásicos (partículas, NO2 y SO2): el repunte del tráfico por carretera (y del consumo de combustibles de automoción), el fraude en los sistemas de certificación de las emisiones de los automóviles (conocido a partir del escándalo Volkswagen) y el aumento de la producción eléctrica en centrales térmicas de carbón, petróleo y gas, a costa de las energías renovables.

- La contaminación del aire debería abordarse como un problema de primer orden, tal y como se deriva del Informe elaborado por Ecologistas en Acción. Cada año se registran más de 25.000 muertes prematuras en el Estado español por afecciones derivadas de la contaminación del aire, de acuerdo a las últimas estimaciones de la Agencia Europea de Medio Ambiente.

- Los costes sanitarios derivados de la contaminación atmosférica representan al menos 32.000 millones de euros al año, un 2,8% del PIB español, según la OMS y la OCDE, sin considerar el coste de los daños provocados sobre los cultivos y los ecosistemas naturales.

- La información a la ciudadanía por parte de las administraciones públicas no es ni adecuada ni ajustada a la gravedad del problema.

- Los Planes de Mejora de la Calidad del Aire para reducir la contaminación son obligatorios según la legislación vigente. Pero, en el caso del ozono, la Junta de Extremadura lleva años omitiendo la elaboración y aplicación de dichos planes, en los núcleos de población de más de 20.000 habitantes (salvo Cáceres y Badajoz) y en la Extremadura rural, donde resultan preceptivos. Se trata de una negligencia que está poniendo en peligro la salud de 850.000 extremeños.

- Las principales vías de actuación para reducir la contaminación del aire son la disminución del tráfico motorizado, la reducción de la necesidad de movilidad y la potenciación del transporte público. Es necesario además dar facilidades a la bicicleta en las ciudades. Así como la adopción generalizada de las mejores técnicas industriales disponibles y la reducción drástica de la generación eléctrica por centrales térmicas, en particular las que utilizan carbón.