En el transcurso del juicio que se está celebrando en Toledo contra 9 directivos y técnicos de la Central Térmica de Aceca por el vertido de fuel-oil al Tajo de agosto de 2000, los peritos, llamados a declarar por la fiscalía y las acusaciones han confirmado la gravedad del vertido. Su versión es coincidente con los cálculos que en su día hizo Ecologistas en Acción sobre el volumen del vertido, el defectuoso funcionamiento de la central térmica y la gravedad del daño causado.

Por otra parte el testimonio del SEPRONA confirma también que dos años después del suceso seguía habiendo fuel-oil en las orillas, situación ya denunciada por Ecologistas en Acción, y pone el entredicho la actuación de la Confederación Hidrográfica del Tajo y de la Consejería de Medio Ambient tras el vertido ya que no han hecho un adecuado seguimiento de la contaminación. En concreto, la CHT se atrevió a manifestar públicamente un mes después del vertido que «ya no quedaba rastro de fuel-oil en el río».

Según los peritos, el deficiente mantenimiento de la central térmica de Aceca de Villaseca de la Sagra (Toledo), su defectuoso diseño y su obsolescencia propiciaron el vertido de 300.000 litros de fuel-oíl al río Tajo en agosto de 2000. Esta cifra es doce veces superior a la facilitada por la dirección de Aceca, esto es, por Iberdrola y Unión Fenosa, titulares de la misma.

Uno de los dos ingenieros industriales, durante su comparecencia en la sexta jornada de la vista oral que se sigue en Toledo ha dicho: 'Lo que me sorprende es que la planta tuviera el certificado de acreditación medioambiental de Aenor» y puso en tela de juicio el trabajo de Aenor por dar los certificados sin haber visitado las instalaciones, «es una vergüenza».

La cifra aproximada de combustible vertida al río la han calculado teniendo en cuenta el tramo de trece kilómetros de la mancha negra del vertido, las 95 hectáreas de superficie afectada y el espesor de la lámina de fuel-oil, de 0,03 milímetros, datos que constan en los informes de la CHT y el Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona).

Los peritos cuestionaron, asimismo, el diseño de la central, por disponer de un sistema de evacuación de desagües que no impidía que una gran cantidad de fuel-oil llegara al río.

Respecto al mantenimiento, que a juicio de los peritos estaba descuidado, se refirieron al fallo de los tres sistemas de nivel y que hubieran advertido del rebosamiento de los tanques de combustible y al 'mal estado» de alguno de los elementos de los sistemas de alerta.