• El Gobierno de España falsea en el Plenario de la COP22 la falta de estrategia para la descarbonización de la economía española.
  • La financiación pública para luchar contra el cambio climático está en peligro ante la desaparición del Fondo para la Adaptación del Protocolo de Kioto.
  • Los mecanismos para afrontar las pérdidas y los daños provocados por el cambio climático están cada vez más cerca de convertirse en un sistema de seguros privados dependientes de los grandes bancos.
  • Ecologistas en Acción denuncia la cortina de humo creada con la figura de Donald Trump, mientras se consolida la mercantilización de la lucha climática ante la inacción política de los gobiernos.

A un día de la clausura de la Cumbre de Marrakech (COP22), queda patente la intención de los gobiernos de dilatar la acción más allá de 2018. En los últimos plenarios solo se han emitido mensajes generales para trasladar a la opinión pública una aparente imagen de solvencia ante el reto del cambio climático.

En el Estado español, las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) siguen aumentando, por oposición a lo que sucede en otros países europeos. Además, es famoso el enorme freno que se ha puesto en España al desarrollo de las energías renovables.

El Gobierno español ha sido capaz de anunciar unas garantías para cumplir los objetivos de descarbonización sin tener una hoja de ruta consistente que permita saber cómo vamos a cumplirlos. Estas afirmaciones deberían ser señaladas como falsas por la comunidad internacional.

Para Ecologistas en Acción, un gobierno que prioriza la concentración de la producción de la energía y el apoyo a sectores fósiles no puede liderar el cambio de modelo renovable, sean cuales sean las palabras de sus máximos responsables climáticos.

El trabajo pendiente se llama “adaptación»

La adaptación es uno de los pilares clave en la lucha contra el cambio climático y su puesta en marcha debería estar mucho más avanzada de lo que está. En este sentido, la inactividad de la COP22 de Marrakech está poniendo en riesgo la supervivencia del Fondo para la Adaptación desarrollado en 2001, en la misma ciudad marroquí.

Los gobiernos de los países enriquecidos ponen la excusa de no saber cómo financiar este fondo. Pero su argumento olvida que las aportaciones económicas al Fondo pueden llegar de fuentes de financiación públicas.

Además, el Fondo Verde para el Clima está poniendo más esfuerzos en la mitigación que en la adaptación, algo que pone en peligro la participación de los países del Sur global, pues son territorios sin capacidades técnicas y económicas para hacer frente a las degradaciones ambientales que trae el cambio climático.

Las pérdidas y los daños, un nuevo instrumento financiero

El discurso financiero y mercantilizador se impone cada vez más y sin ningún pudor dentro de las negociaciones climáticas. En la COP22 existe una importante presencia de grandes bancos y empresas aseguradoras que ofrecen productos financieros «para hacer frente a las previsibles consecuencias del cambio climático».

Durante la Cumbre de Marrakech se ha analizado el informe del Mecanismo de Varsovia cuya misión era abordar las pérdidas y los daños que se producirán. Pero la desaparición de pequeñas islas o el aumento de desiertos se han abordado en clave de productos bancarios y seguros climáticos.

Queda patente que el interés del Banco Mundial y otras entidades financiaras es tener más ganancias a costa de los países empobrecidos y de las tragedias humanas.

Ecologistas en Acción señala que no se pueden afrontar las consecuencias del cambio climático mediante mecanismos bancarios de mercado y pone en duda la viabilidad del sistema especulativo-financiero planteado en Marrakech ante los retos sociales que supone el cambio climático.

La COP22 debería terminar con una hoja de ruta internacional clara que establezca un fondo público suficientemente dotado para hacer frente a las pérdidas y daños.

Trump y la responsabilidad de los países enriquecidos

La COP22 elude de nuevo que los países enriquecidos estén a la altura de su responsabilidad histórica, como ya sucedió en el Acuerdo de París al eliminar la capacidad de recurrir judicialmente a la justicia climática e histórica entre países.

La llegada de Trump a la presidencia de EE UU se ha convertido en el comentario central de la Cumbre de Marrakech. Esta noticia está sirviendo para desviar el foco de atención más importante: los incumplimientos y deberes no realizados en la COP22.

Ecologistas en Acción denuncia desde Marruecos que la urgencia de la lucha contra el cambio climático y la aplicación del Acuerdo de París no pueden quedar relegados por las fotos oficiales de protocolo.