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[Tríptico] El gran engaño

El Plan Aragonés de Saneamiento y Depuración (PASD) empezó en el 2001 con el objetivo de construir depuradoras urbanas por todo el territorio aragonés. Esta medida es esencial para proteger las masas de agua aragonesas, sin embargo, la planificación y gestión del PASD responde a una voluntad política de privatización de los servicios vinculados al ciclo integral del agua.

Desde el año 2000, los sucesivos gobiernos de Aragón han delegado la competencia municipal de saneamiento al Instituto Aragonés del Agua (IAA) , un organismo autónomo sin los controles públicos adecuados. El IAA planificó la construcción de infraestructuras de depuración que requerían grandes inversiones, adjudicando a grandes empresas del sector su construcción y explotación durante 20 años.