La plataforma «Salvemos Puertollano» ha convocado cuatro reuniones para presentar un proyecto de ciudad residencial que supondría, según sus representantes, la creación de más de 7.000 puestos de trabajo; dichas reuniones se han celebrado los días 13 de octubre, 2 de diciembre de 2016 y los días 16 de febrero y 21 de abril de 2017 en una de las salas del hotel Santa Eulalia de Puertollano.

A estas reuniones han sido invitadas, y han asistido, numerosas personas en representación de diversas plataformas y colectivos sociales de la ciudad, junto con representantes de algunas administraciones públicas. Entre los asistentes a las cuatro reuniones, ha habido una delegación de Ecologistas en Acción del Valle de Alcudia que intervino en más de una ocasión en los debates suscitados.

Después de analizar en nuestra asociación el desarrollo de las reuniones, la información recogida y el contenido de la documentación publicada en la página web del proyecto debemos realizar las siguientes observaciones:

  • Desde la primera reunión, el objetivo de los promotores, en nombre de unos inversores presentados como muy solventes, ha sido el de conseguir el apoyo incondicional de lo que aquellos denominan «la sociedad civil», al proyecto «Cassandra», para que de esta forma sea declarado «Proyecto Prioritario de Interés Regional».
  • Después de la última reunión, las personas que apoyan el proyecto acordaron que la plataforma elaborara un «Memorándum» de entendimiento con las administraciones, en el que aparecerían los compromisos que permitan poner en marcha, de forma efectiva, el proyecto, así como los apoyos obtenidos para que se declare «Proyecto Prioritario de Interés Regional».
  • Ecologistas en Acción del Valle de Alcudia no firmará el documento de apoyo («Memorándum») que se debe estar elaborando actualmente, entre otros aspectos, porque considera que no hay una información suficiente para hacerlo, y esto sería como firmar un cheque en blanco.
  • Por otra parte, y en la documentación publicada, así como en las exposiciones realizadas en las reuniones, se detectan errores, contradicciones e inexactitudes, que nos obligan a esperar la llegada de una información más veraz y contrastada que la que se ha proporcionado.
  • Otro aspecto rechazable del proyecto es el de su propuesta de crear una ciudad nueva de 50.000 habitantes que sería autogestionada, autosuficiente, sostenible y que no generaría residuos, cuando se parte de urbanizar 2.500 hectáreas de suelo rústico, mientras los recursos disponibles en la zona señalada no serían, en absoluto, suficientes para la demanda que se generaría.
  • Por último y, aunque existen muchos otros aspectos a analizar, debemos expresar la extrañeza que nos produce el que algunos de los representantes de las administraciones locales a las que puede afectar el proyecto de una forma importante, lo apoyen sin reservas aunque carezcan de suficiente información y aunque se pretende poner en marcha sin su participación, ya que los inversores pretenden evitar todos los filtros, negociando exclusivamente con instancias superiores.