1,8 millones de habitantes de Euskadi respiraron aire contaminado durante 2016, entre ellos los 870.000 de la aglomeración de Bilbao, donde se superó el límite legal de dióxido de nitrógeno. El Informe anual de Calidad del Aire de Ecologistas en Acción concluye que el 80 % de la población y el 37 % del territorio del País Vasco estuvieron expuestos a unos niveles de contaminación que superan las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud. El cambio climático, el repunte del tráfico, el fraude en las emisiones de los automóviles y la apuesta por las energías sucias en detrimento de las renovables, entre las causas de un problema que afecta a la salud de la ciudadanía, pero también a los cultivos, bosques y espacios naturales.

El informe elaborado por Ecologistas en Acción analiza los datos recogidos en 700 estaciones oficiales de medición instaladas en todo el Estado español, entre ellas 50 situadas en Euskadi.

En lo que respecta a Euskadi, entre sus principales conclusiones, destacan:

- En 2016, se ha producido un aumento de los niveles de contaminación de de ozono troposférico (O3) y, en la aglomeración de Bilbao, de dióxido de nitrógeno (NO2), hasta superar por primera vez desde 2010 el valor límite establecido por la normativa. En cambio, descendieron los de partículas en suspensión (PM10 y PM2,5) y dióxido de azufre (SO2). La contaminación generada desde las ciudades de Bilbao, Donostia y Vitoria, las autopistas y autovías y la zona industrial del Bajo Nervión se extiende por el territorio afectando a zonas más alejadas y rurales en la forma de ozono troposférico.

- El informe de Ecologistas en Acción toma como referencia los valores máximos de contaminación recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el objetivo a largo plazo para proteger la vegetación establecido por la Unión Europea. De acuerdo a esos niveles, el aire contaminado afectó 2016 a cuatro quintas partes de la población y un tercio del territorio de Euskadi.

- Si se toman los estándares de la normativa, más laxos que las recomendaciones de la OMS, la población que respiró aire contaminado por encima de los límites legales alcanzó a los 870.000 habitantes del Bajo Nervión, que concentra en 40% de la población vasca.

- Al margen del dióxido de nitrógeno (NO2) en el Gran Bilbao, las partículas (PM10 y PM2,5) son los contaminantes que presentan una mayor extensión y afección a la población, con especial incidencia en la zona industrial del Alto y Bajo Nervión (Llodio, Algorta, Basauri, Erandio, Santurtzi) y el Alto Ibaizabal – Alto Deba (Durango, Amorebieta). Siguen, por tanto, siendo una seria amenaza para la salud, a pesar de que el año pasado se recuperó la tendencia a la baja de estos contaminantes que se inició en 2008, con la crisis económica.

- El ozono troposférico también afectó a la población, con unos niveles que se mantienen estacionarios o incluso al alza. Esto se debe al incremento de las temperaturas medias y de las situaciones meteorológicas extremas (olas de calor) durante el verano, como resultado del cambio climático. No Durante 2016 sus niveles aumentaron por el mayor calor respecto a los de 2015 y 2014, de manera que la población y el territorio de las Cuencas Interiores y el Valle del Ebro de Euskadi han seguido expuestos a concentraciones de ozono peligrosas para la salud humana y vegetal.

- El descenso general de la contaminación del aire, salvo el NO2 y el ozono en el caso de Euskadi, fue consecuencia en primera instancia de la coyuntura meteorológica, caracterizada por una menor estabilidad atmosférica, y en menor medida de la reducción de la producción eléctrica en centrales térmicas. No obstante, hay señales preocupantes: el repunte del tráfico por carretera (el consumo de combustibles de automoción en 2016 fue superior al de los cuatro años anteriores), el fraude en los sistemas de certificación de las emisiones de los automóviles o “dieselgate”, el aumento del consumo de electricidad (recuperando los niveles de 2008), y el abandono de las energías renovables.

- La contaminación del aire debería abordarse como un problema de primer orden, tal y como se deriva del Informe elaborado por Ecologistas en Acción. Cada año se registran más de 24.000 muertes prematuras en el Estado español por afecciones derivadas de la contaminación del aire, de acuerdo a las últimas estimaciones de la Agencia Europea de Medio Ambiente.

- Los costes sanitarios derivados de la contaminación atmosférica representan al menos 50.000 millones de dólares al año, un 3,5 % del PIB español, según el Banco Mundial, sin considerar el coste de los daños provocados sobre los cultivos y los ecosistemas naturales.

- La información a la ciudadanía por parte de las administraciones públicas no es ni adecuada ni ajustada a la gravedad del problema.

- Los Planes de Mejora de la Calidad del Aire para reducir la contaminación son obligatorios según la legislación vigente. Pero, en el caso del ozono, el Gobierno Vasco lleva años omitiendo la elaboración y aplicación de dicho plan en la zona de las Cuencas Interiores, donde resulta preceptivo. Se trata de una negligencia que está poniendo en peligro la salud de sus 280.000 habitantes y de los cultivos y bosques de la zona. Por otro lado, el Gobierno Vasco debe elaborar a la mayor brevedad un Plan de Mejora de la Calidad del Aire en la aglomeración del Bajo Nervión, por la superación del NO2.

- Las principales vías de actuación para reducir la contaminación del aire son la disminución del tráfico motorizado, la reducción de la necesidad de movilidad y la potenciación del transporte público. Es necesario además dar facilidades a la bicicleta en las ciudades. Así como la adopción generalizada de las mejores técnicas industriales disponibles y la reducción drástica de la generación eléctrica por centrales térmicas, en particular las que utilizan carbón.