• Ecologistas en Acción denuncia el impacto medioambiental y económico muy negativo de la realimentación de playas en el litoral andaluz.
  • Sólo en la provincia de Granada, esta práctica ha supuesto 10 millones de euros en los últimos 10 años.

Ecologistas en Acción, a través de su campaña estival el velero Diosa Maat en Acción, ha denunciado las consecuencias negativas de la realimentación de playas en el litoral andaluz, una práctica que consiste en el traslado de arena de una playa a otra, o del fondo del mar a la playa. Se trata de una actividad ineficiente que no está promoviendo la esperada regeneración de las playas y que, a su vez, añade problemas ecológicos y económicos.

La realimentación de las playas en la costa mediterránea se lleva realizando durante las últimas décadas con el objetivo principal de fomentar el turismo, ya que las playas se han ido vaciando de arena a causa de la construcción urbanística y la construcción de puertos y espigones que han modificado la dinámica litoral. Pero esa modificación provoca la desaparición de arena y piedras de playas de donde se hace el traslado y es causa de otros problemas añadidos, como inundaciones.

La dinámica natural de las playas está sujeta a procesos naturales de aporte y retirada de arena. Los ríos aportan sedimentos a las costas y el oleaje los redistribuye a lo largo del litoral, pero la presión urbanística en la costa y los numerosos embalses y presas existentes a lo largo de los cauces fluviales interfieren de manera negativa en el equilibrio natural.

Las playas del litoral mediterráneo han sido profundamente alteradas por la construcción de paseos marítimos, espigones, rellenos, dragados, construcciones en primera línea de playa o destrucción de cordones de dunas, lo que ha motivado la pérdida continuada de arena y la incapacidad de regenerarse de una forma natural después de los temporales del invierno.

Actualmente se está desarrollando la realimentación de las playas con arena o piedras traídas desde un ‘placer’ (yacimiento submarino de arena) o desde una cantera terrestre hacia otras playas. Según Beatriz Hernández Pino, portavoz de Ecologistas en Acción, «estas prácticas provocan un círculo vicioso, unas playas pierden arena a costa de otras, y así hasta el infinito. No se regenera ningún ecosistema ni unidad paisajística».

Un gasto público elevado e ineficaz

La realimentación de las playas supone, según Ecologistas en Acción, un elevado gasto a las arcas públicas con una actividad que no están dando buenos resultados. «Se trata de un despilfarro porque es una actuación efímera, inútil, con fecha de caducidad, dilapidadora de recursos públicos que pueden destinarse a cubrir necesidades sociales más urgentes. Esta modificación de la dinámica litoral, además, produce fuertes inundaciones» afirma Hernández Pino.

La playa de Granada, en Motril, donde el velero Diosa Maat ha estado atracado una semana realizando actividades de sensibilización, investigación y denuncia, es un ejemplo del coste económico. Esta playa recibió más de 50.000 m3 de arena entre 2004 y 2008, un volumen de arena que ha supuesto un gasto anual aproximado de 780.000 € para las arcas públicas.

Además, existen playas que tienen que ser realimentadas dos veces al año. Es el caso de la playa de Granada que en 2017 ya ha sido realimentada dos veces: en marzo (para el turismo de Semana Santa) y en junio (para la temporada de verano). La realimentación de playas en la provincia de Granada ha supuesto 10 millones de euros en los últimos 10 años

Por todo esto, Hernández Pino señala que «es urgente y necesario terminar con esta manera de sobreexplotar la costa, con las falsas regeneraciones, con el derroche de recursos económicos y con la destrucción del medio ambiente».