• Los espacios protegidos de Segovia tienen graves carencias en equipos humanos y escasas ayudas a los proyectos locales de sostenibilidad.
  • Ecologistas en Acción de Segovia se suma al rechazo social generado por el plan de inversiones en nuevas “infraestructuras turísticas” y exige que estos fondos se inviertan en auténticos proyectos de conservación y desarrollo local.

La Junta de Castilla y León ha anunciado recientemente que invertirá 2,72 millones de euros en un “Programa de infraestructuras turísticas” en los espacios protegidos de Segovia. En concreto, la Junta pretende construir un mirador en “Piedras Llanas”, en el parque natural Hoces del río Riaza, y otro en “Virgen de la Peña”, situado en el parque natural Hoces del Duratón, Sepúlveda, además de convertir la Casa Forestal de Las Campanillas, en El Espinar, en una Posada Rural.

Ecologistas en Acción de Segovia se suma a la opinión de que estas actuaciones son totalmente innecesarias e incompatibles con los objetivos de los parques naturales donde se ubican, en los que se debería priorizar la conservación del paisaje y la biodiversidad.

Las inversiones anunciadas en estas controvertidas infraestructuras contrastan con el estado de precariedad y la falta de medios para la gestión de los espacios protegidos de la provincia. El Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama constituye un ejemplo ilustrativo de esa falta de medios, al carecer de un equipo técnico y una dotación presupuestaria consolidados. Por otra parte, los municipios integrados en los espacios naturales protegidos Segovianos tienen una amplia lista de necesidades sin resolver. La provincia de Segovia cuenta con altos índices de despoblación, por lo que los recursos públicos deberían enfocarse en mejorar la calidad de vida, en lugar de construir obras faraónicas o alojamientos que sirvan de competencia desleal a los ya existentes y suficientes para cubrir las necesidades turísticas.

Los miradores son enclaves naturales idóneos para contemplar la armonía de los paisajes. Las obras planteadas del río Duratón o las hoces del Riaza dañarían los suelos, la flora y la fauna y sugieren que el objetivo es la mera la creación de obra pública para alimentar y mantener el negocio del ladrillo.

Por su parte, la conversión de la Casa de Las campanillas, ubicada en la “Dehesa de La Garganta”, en El Espinar, contribuiría a la masificación y degradación de un espacio sensible y de gran valor ecológico, además de suponer una competencia desleal con la magnífica oferta de casas y alojamientos rurales de la provincia.

Presiones y amenazas

Los espacios naturales tienen como reto hacer compatible la conservación exigente de sus valores ecológicos y paisajísticos y el mantenimiento de una adecuada calidad de vida para sus habitantes. En el campo del turismo, el reto se traduce en conseguir una organización del uso público, que permita una experiencia gratificante para los visitantes sin perjudicar la conservación de la gran cantidad de valores existentes, como la avifauna nidificante (buitre leonado, alimoche, águila real o halcón peregrino), muy sensible durante el periodo de reproducción.

En consecuencia, la Junta debería considerar relocalizar estas inversiones para hacer frente a necesidades más tangibles: la conservación y mejora de montes para prevención de incendios forestales, el refuerzo de las plantillas de empleados públicos en los espacios protegidos o el incremento de los recursos de los municipios para la conservación de sus recursos naturales y culturales, en lugar de llevar el modelo urbanístico y desarrollista a lugares emblemáticos, bien conservados que perderán ese encanto en cuanto las máquinas comiencen a realizar desplazamientos de suelo vivo y protegido.

La recogida de adhesiones en contra del mirador en el Parque del Duratón iniciada en la plataforma Change ha superado ya los 12.000 firmantes, demostrando que las posiciones contrarias al proyecto del Ayuntamiento de Ayllón o Ecologistas en Acción son ampliamente compartidas.