• Ecologistas en Acción ha evaluado la calidad del aire en la ciudad de Madrid durante 2017, periodo en el que se ha producido un incremento muy notable de la contaminación por dióxido de nitrógeno, cuyos niveles han rebasado, un año más, los límites legales.
  • La contaminación por partículas en suspensión y ozono troposférico continúa siendo problemática. Aunque el Gobierno municipal ha puesto en marcha actuaciones inéditas para abordar el problema que van en la buena dirección, los datos indican que las medidas adoptadas hasta ahora son insuficientes para garantizar un aire saludable.
  • Es necesario aplicar con decisión las medidas estructurales que ya están aprobadas, para conseguir una reducción sustancial del tráfico en la capital.
Informe La calidad del aire en la ciudad de Madrid en 2017

Ecologistas en Acción ha presentado su informe anual sobre la calidad del aire en el municipio de Madrid durante 2017. Los datos de este estudio se basan en los registros oficiales de las 24 estaciones de medición de la contaminación del Ayuntamiento de Madrid.

La principal conclusión del estudio es que durante 2017 se ha producido un aumento importante de la contaminación por dióxido de nitrógeno (NO2) en la ciudad de Madrid, que ha vuelto a superar los valores límite legales para este contaminante. La coyuntura meteorológica desfavorable, con repetidos episodios de anticiclón entre los meses de septiembre a diciembre, ha sido determinante para esta evolución negativa. También puede haber contribuido un cierto repunte del tráfico en la capital.

Contaminación por dióxido de nitrógeno (NO2):

  • 15 de las 24 estaciones rebasaron el valor límite anual de contaminación por NO2 para la protección de la salud humana (40 microgramos por metro cúbico (µg/m3) de media anual). Por comparación, en 2016 fueron nueve las estaciones superaron el valor límite, en 2015 fueron 13, 6 en 2014 y ocho en 2013.
  • Por su parte, el valor límite horario está establecido en 200 µg/m3, y no debería rebasarse más de 18 horas al año en ninguna estación. Pero a lo largo de 2017 lo rebasaron siete estaciones. El registro fue peor que el correspondiente a 2016 (cuatro estaciones), pero mejor que el de 2015 (ocho estaciones).
  • La ciudad de Madrid ha vulnerado por octavo año consecutivo (2010-2017) los valores límite legales para NO2. La Comisión Europea mantiene abierto un expediente de infracción a Madrid. En 2017 ha dado un paso más, lanzando una “última advertencia” (dictamen motivado). Este proceso terminará por dar lugar a una cuantiosa multa.

Partículas en suspensión (PM10 y PM2.5):

  • Aunque ninguna de las estaciones supera el valor límite legal anual de PM10 (40 µg/m3), 7 de las 12 estaciones que las miden igualaron o superaron el valor límite anual recomendado por la OMS (20 µg/m3).
  • En cuanto a las partículas más finas, PM2.5 –las más perniciosas para la salud– cinco de las seis estaciones que miden dichas partículas igualaron o superaron el valor límite anual recomendado por la OMS.
  • Los datos de partículas en suspensión registrados en 2017 suponen un ligero repunte respecto a los correspondientes al año anterior.

Ozono troposférico (O3):

  • Seis de las 14 estaciones que miden la contaminación por ozono registraron más de 25 superaciones del valor límite legal octohorario (120 µg/m3) y 12 de ellas superaron el valor recomendado por la OMS (100 µg/m3, 25 veces al año).
  • Por otro lado, tres estaciones de la red registraron superaciones del umbral de información a la población (180 µg/m3 durante 1 hora).
  • La contaminación por ozono descendió ligeramente en 2017 respecto a años anteriores. No obstante, se consolida la tendencia iniciada en el año 2013, en que dicho contaminante irrumpió con fuerza en la ciudad de Madrid.

Resulta claro que el Gobierno municipal, a diferencia de los anteriores, reconoce el problema de la mala calidad del aire en Madrid y está dando pasos significativos en la buena dirección. Así, ha puesto en marcha el protocolo ante picos de contaminación, que visibiliza el problema (los picos se producían también antes, pero solo ahora se actúa) y parece que en parte lo mitiga, aunque resulta insuficiente y, por tanto, debería modificarse para ser más estricto. También ha desarrollado actuaciones puntuales relevantes, como la de Gran Vía, que permiten corroborar cómo cuando se reduce el tráfico disminuye la contaminación (más de un 20 % de reducción de la polución por dióxido de nitrógeno durante las restricciones del tráfico de diciembre pasado, según los cálculos de Ecologistas en Acción). Por último, ha aprobado el Plan A que, a pesar de sus deficiencias si se aplicara de forma decidida tendría efectos positivos significativos, según indican las modelizaciones realizadas.

Sin embargo, los datos de contaminación por NO2 de 2017 indican que queda mucho por hacer: aún estamos lejos de una calidad del aire razonable. Es cierto que han estado muy influenciados por las condiciones meteorológicas que se han dado en el último cuatrimestre. Pero el problema es que, observando la tendencia de los últimos años, dichas condiciones cada vez tienen menos de coyuntural y más de la “normalidad” a la que nos aboca el cambio climático en curso. Es decir, todo parece indicar que tendremos que convivir con los continuos episodios de anticiclón en otoño-invierno y las olas de calor en verano. Al mismo tiempo, hay signos de que después de años de tendencia descendente del tráfico, por la crisis económica, vuelve a repuntar.

En definitiva, para Ecologistas en Acción es la hora de actuar con decisión. Somos conscientes del problema, sabemos lo que hay que hacer (reducir el tráfico) y cómo hacerlo (Plan A). La salud de las personas que vivimos en Madrid no admite más demoras.