La reciente visita del Ministro de Fomento para presentar el Estudio Informativo del corredor Cantábrico- Mediterráneo a su paso por La Rioja ha desatado las protestas y críticas de la oposición y de una parte de la sociedad. En sus primeras declaraciones, el ministro del ramo dijo algo que nadie se había atrevido a decir hasta ahora: La Rioja no tendrá una plataforma de alta velocidad que enlace Logroño con Castejón.

Es decir, por fin se pinchaba el “globo” del AVE que, reiterada y sucesivamente, nos han vendido los gobiernos centrales socialistas y populares y llegaba el momento de aplicar ese término llamado “resiliencia”, la capacidad para adaptarse positivamente a situaciones adversas que inicialmente nos perjudican. Algo así como aprovechar las declaraciones ministeriales y poner los pies en la tierra: esta región no tiene posibilidades reales, a corto y medio plazo, de convertir su decimonónica red ferroviaria en un trazado de alta velocidad, una infraestructura que además no necesita.

El tramo riojano, paralelo al eje del Ebro, forma parte de dos ejes principales: el corredor Cantábrico- Mediterráneo y el corredor Atlántico- Mediterráneo con una conexión común en Miranda de Ebro. El primero de ellos ya había sido descartado al apostar el gobierno central por la variante Vitoria-Pamplona-Castejón, mientras se nos proponía como alternativa un enlace mejorado entre Logroño y Castejón pero manteniéndose el ancho ibérico y descolgándonos del corredor cantábrico.

En el caso del segundo corredor, se presentó a bombo y platillo un Estudio Informativo del tramo Logroño-Miranda de Ebro que incluye la creación de una hipotética plataforma de alta velocidad. Propuesta que, visto su escaso nivel de detalle y los antecedentes de anuncios similares sin ninguna base sólida, no deja de ser un nuevo brindis al sol. Tan etéreo es el Estudio, consistente en cuatro líneas coloreadas sobre un plano, que ni siquiera es capaz de decantarse por ninguna de las alternativas propuestas, evitándose de este modo las protestas de los posibles afectados por semejante infraestructura, véase los defensores de los paisajes vitícolas o las comunidades limítrofes.

Además, este tramo enlazaría Logroño con Miranda de Ebro, un nudo ferroviario que, actualmente, está desconectado de las redes de alta velocidad, que llegan hasta Burgos, por un lado, y llegarán, por otro, hasta Vitoria. Basta con sumar la alternativa inexistente, los elevados costes carentes de financiación y, en definitiva, los dilatados plazos de construcción de un AVE entre Burgos y Vitoria, para obtener como resultado un nuevo “globo” de colores con el que tenernos entretenidos.

Pero, una semana después, el Ministro, ante las protestas generalizadas y sin ningún tipo de vergüenza ni fundamento, se desdice de sus palabras para anunciar que, ahora sí, el tramo Logroño- Castejón será de alta velocidad. Al mismo tiempo, se desconoce si en el transcurso de esta semana el ministerio ha podido elaborar los calendarios de actuación, los estudios de impacto ambiental, los costes de la inversión, etc., etc., o, más bien, estas declaraciones, vacías e impropias de un ministro, están destinadas, exclusivamente, para que el Presidente de La Rioja pueda salir, públicamente, a decir que ya está todo solucionado.

Esta nueva burla a los riojanos debería llevarnos, después de tantos años de promesas imposibles sobre la modernización del ferrocarril en La Rioja, y tan solo cumplidas sobre el papel, a plantear un debate sobre las posibilidades reales de actuación, lejos de ocurrencias sin base alguna como las planteadas.

Porque no necesitamos trenes de alta velocidad tipo AVE para conectarnos con los principales corredores del país. Lo que necesitamos, y puede ser factible con inversiones no excesivamente elevadas, lejos de las cuantías inalcanzables exigidas por la alta velocidad, es conseguir una red ferroviaria moderna a Castejón-Zaragoza, en primera instancia, y a Miranda, en segunda, que esté recorrida por lanzaderas competitivas respecto al transporte por carretera.

Quizás, si somos capaces de pinchar estos fabulosos “globos” que nos quiere vender el Ministro de Fomento y descender a la tierra, viñas incluidas con las que tanto nos identificamos, algún día no muy lejano consigamos viajar en tren, cómodamente sentados y en unos tiempos razonables, a Barcelona o a Madrid, vía Zaragoza.

Rafael Fernández Aldana, Ecologistas en Acción de La Rioja.