Ilma. Sra. Alcaldesa
Ayuntamiento de Aranjuez
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En relación a la solicitud de reconocimiento oficial, al difunto D. Antonio Puertas Mora “El Mangas”, por los méritos contraídos en su persona, tan estrechamente relacionados con la ciudad

EXPONE

El pasado mes de diciembre nos dejó Antonio Puertas Mora conocido popular y entrañablemente por “El Mangas” (ignoramos el origen del apodo, aunque a lo largo de su trayectoria vital, le aplicará muchos cortes de mangas a la muerte), pero lo que conocemos y estamos en condiciones de asegurar, su elevada vocación de servicio a los demás y pasión por el río Tajo, al cual dedicó gran parte de su vida.

El Mangas comenzó como Socorrista Náutico de la Sección de Aranjuez en el año 1951 en la llamada playa de Salivilla, hacia 1960 se trasladaría a la Pavera donde abre su propio gango al pie del río, recorrió todas las playas que surcaban las orillas del cauce, conoció tiempos en que los vecinos ribereños y forasteros venidos de territorios lejanos, disfrutaban de un día de baño en sus limpias, frías y bravas aguas de un río todavía vivo, con caudales estacionales, peligro permanente y consecuencia de ello, convivió en primera persona con la tragedia.

Alguien, le tituló un artículo en prensa, como el ángel de la guarda del río, razón no le faltaba, sus consejos sobre el baño, su conocimiento del cauce o de la zona y su solitaria presencia, daba seguridad y tranquilidad a los bañistas, que en aquellos tórridos veranos, acudíamos en masa a refrescarnos en sus aguas.

Antonio Puertas fue ejemplo y padre coraje para todos, abnegado centinela cuya aptitud vigilante y siempre desinteresada, le generaban fuerzas para acudir con presteza a la mínima sospecha de situación comprometida de cualquier ciudadano, jamás dudó ni un momento en lanzarse de mocha al agua, poniendo en peligro su propia vida, con tal de salvar la de otros.

Todos conocemos por comentarios, oídas o vivido de forma personal, el drama por ahogamiento, entre el que solicita ayuda y quien se deja la vida por acudir en su auxilio.

Están acreditados más de 200 casos, donde sus milagrosas manos y oportuno aliento, estaban allí prestando ayuda en momentos de zozobra, gritos y desesperación, ante el riesgo probable de un fatal desenlace; instantes extremadamente delicados donde la mayoría duda o recula y solo unos pocos, tienen el arrojo y valentía de lanzarse en auxilio de la persona en apuros.

Recibió un modesto reconocimiento en forma de medalla del organismo donde prestaba sus servicios “por las circunstancias especiales que en él concurren y la humanitaria labor desarrollada como Socorrista Náutico, habiendo efectuado cinco salvamentos en un solo día, a personas que estuvieron a punto de ahogarse”.

El Ayuntamiento de Aranjuez, su propio pueblo, jamás le dedicó un reconocimiento oficial, nunca tuvo algún detalle de agradecimiento hacia su persona. Su importante labor humanitaria se desconoce y no se difunde, jamás una sola persona hizo tanto por el resto de los ciudadanos de manera tan abundante, noble y desprendida, todo un derroche de generosidad a cambio de nada.

Antonio “el Mangas” forma parte por méritos más que suficientes, de la memoria colectiva en esta ciudad. Todos aquellos, la inmensa mayoría que no teníamos el privilegio de piscina privada, ni falta que nos hacía (públicas no había), aprendimos a nadar en el río, caces y caceras, nos bañamos en sus playas, aprovechábamos la sombría de las riberas y disfrutábamos del recreo, la parrilla o el caldero en familia. Terminada la jornada festiva, volvíamos a casa, sanos y como peor recuerdo, algún raspón en el cuerpo o achicharrado de quemaduras. Sin duda alguna, nada de esto hubiera sido igual, ni posible, sin la infatigable presencia, resguardo y cobijo de Antonio.

Muchas anécdotas personales se podrían contar de este menudo individuo tan singular, con elevado sentido de la discreción y muy querido por todos, pero relacionadas con el grupo ecologista, citaremos dos de ellas que recrean la talla y medida de su persona, admitiendo además, su gran compromiso con la conservación de la naturaleza, el ecosistema fluvial y toda la fauna y flora asociada al mismo.

Cierto día recibimos un aviso de una persona, donde nos indicaba los problemas de supervivencia por falta de oxígeno en varias especies de peces, alguna de talla grande como carpas y barbos, en una poza del caz de las Aves cercana a la Pavera, dado que, había sido cortado el agua sin prevenir ni aliviar, la fauna que pudiera quedar aislada y recluida (hoy afortunadamente y debido a las continuas denuncias de nuestro grupo, felizmente superadas).

Personados varios compañeros en la zona, contrastamos el problema y cómo no, fuimos a buscar al Mangas que trabajaba en el huerto de su parcela, rápidamente dejó todo, nos dió cubos llenos de agua y partimos a la zona distante unos 200 m; la situación era delicada y concluimos que con los citados medios poco podíamos hacer, sino el efecto contrario al deseado; con gran disgusto por parte de Antonio, agradecimos su elevado interés y fuimos al club de pesca, donde por suerte, dimos con jóvenes pescadores que pértiga en mano y bidón, solucionaron el problema.

La siguiente anécdota, sucedió durante la celebración de las II Jornadas de la Red del Tajo que organizó Ecologistas en Acción en Junio/2008. La sesión inaugural se realizó en el salón de grados de la universidad sita en el edificio de Pavía, una de las actividades era la entrega de un premio a la persona que según nuestro criterio, más se hubiera significado por el río Tajo, recayendo la distinción en Antonio Puertas “El Mangas”.

Como quiera que había mucha gente en la sala, no le vimos entrar, tampoco conocíamos a la familia, llegamos a la conclusión que no estaba para la entrega de su premio ¿nos habría dado plantón?.

Llamamos a su casa y nada, alargamos las ponencias para ganar tiempo por si aparecía, fueron incluso compañeros a buscarle a su segunda o primera residencia, a saber la Pavera y tampoco. Afortunadamente una ponencia corría a cargo del bueno de José Luis Lindo cronista de la villa, al cual, expusimos los motivos por los que debía correr turno en su exposición; incrédulo él, nos abrió los ojos de par en par y de que manera….¡¡¡estaba allí desde el principio!!!

Bueno no diremos camuflado, pero cierto y verdad hecho un pitiminí, con gafas oscuras, el cabello requetepeinado, traje y corbata para la ocasión, todo fashion. Le entregó el premio nuestro compañero, desgraciadamente fallecido Enrique Pedrero, lo recogió entusiasmado y todo agradecido lo mostró al respetable, recibió los plausos con la sala puesta en pie y se fue a su sitio, más chulo que un ocho y feliz como un pincel.

SOLICITA

Ecologistas en Acción de Aranjuez entiende que su figura atesora méritos más que sobrados para que nuestra Corporación en general y su gobierno a la cabeza, reconozca de forma póstuma (nos hubiera gustado en vida, pero así son las cosas) el talante humano de Antonio dedicando en su memoria el nombre de una calle, plaza o lo que más hubiere deseado, con toda seguridad, un parque urbano.

Sabemos que se han dado reconocimientos a personas con trayectorias profesionales importantes como un parque a José Luis Sampedro, una calle al arquitecto que proyecto la plaza de toros o las calles del polígono Chacón a diversos alcaldes, así como a otros tantos personajes ilustres.

No pretendemos restar méritos a nadie, ni mucho menos entablar prelación alguna en cuanto a su importancia, pero si debemos insistir e insistimos en el sobresaliente carácter humanista y social de Antonio Puertas “El Mangas” en su relación con Aranjuez, sus ciudadanos y su apreciado río Tajo, tan profundamente arraigado en nuestras vidas