Ecologistas en Acción denuncia nuevos vertidos contaminantes de la Depuradora de Ágreda-Ólvega ponen en evidencia la causa de la muerte biológica del río Val y de la alta contaminación del Embalse de El Val.

El domingo 21 de enero de 2018 se ha podido observar como el vertido de la Depuradora de Ágreda-Ólvega (Provincia de Soria) manchaba y contaminaba totalmente con sustancias blancas el río Val.

Vertidos que ya fueron detectados el 21 de diciembre de 2017, y que contrastan con los vertidos espumosos detectados y sancionados hasta ahora por la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE).

El color blanco y olor desagradable de estos vertidos no se corresponde con un vertido procedente de un mal funcionamiento de la instalación, como así los han excusado en otras ocasiones los ayuntamientos y la propia CHE; ni tampoco de vertidos asociados a vertidos domésticos. Más bien muestran un vertido de características ligados a alguna industria del polígono de Ólvega. Cuestión que en todo caso deben dilucidar y publicitar las autoridades.

Estos vertidos contribuyen a que el río Val esté muerto, y a que su interés ambiental y turístico esté arruinado por la presencia constante de malos olores y espumas.

Esta contaminación tiene graves consecuencias para las localidades situadas río abajo, ya que el agua contaminadas de el río Val se mezclan más tarde en el Embalse de El Val (Los Fayos –Zaragoza-) con las aguas de calidad procedente del río Queiles que mana en Vozmediano, inutilizando de esta forma un mayor volumen de agua que ya no puede ser destinado para el abastecimiento humano, que es el uso que tenía programado el Embalse.

Estos dos llamativos vertidos son los dos ejemplos más recientes de la realidad de la deficiente gestión y uso del agua que se realiza en Ólvega, cuyas industrias han vertido y vierten con la omisión de las autoridades. De otra manera no se entiende que desde el año 2009 se estén produciendo estos vertidos.