[Informe] Ríos hormonados

Los plaguicidas están diseñados para actuar como tóxicos contra los organismos a los que pretenden combatir, pero también pueden dañar a otros seres vivos.

Muchos plaguicidas han sido prohibidos por causar cáncer, provocar malformaciones o por afectar a la reproducción de animales silvestres y seres humanos. Además, muchosse deberían prohibir por causar malformaciones, enfermedades del sistema inmune, neurológico y del sistema hormonal. Además, la elevada estabilidad de algunos plaguicidas les permite persistir en el medio ambiente y los tejidos vivos, acumulándose a lo largo de la cadena trófica. Son precisamente estas propiedades de toxicidad y estabilidad, las que los convierten en agentes contaminantes nocivos, con elevados costes para la salud y el medio ambiente.

España, con un consumo de 78.818 toneladas en 2014, es el país europeo que más plaguicidas utiliza. Este uso masivo resulta en la creciente presencia de residuos de plaguicidas en los alimentos y en el medio ambiente.

En este informe Ecologistas en Acción ha analizado los datos oficiales de los Programas de Vigilancia de la Calidad de las Aguas llevados a cabo por las 10 Confederaciones Hidrográficas que han respondido a nuestra petición de información sobre la presencia de plaguicidas en las aguas superficiales. Muestra una imagen incompleta (debido a la limitación de los datos) de la presencia de plaguicidas tóxicos en las aguas de los ríos españoles, haciendo hincapié en los plaguicidas capaces de afectar al sistema hormonal de animales y seres humanos, los llamados disruptores endocrinos, que convierten a los ríos españoles en auténticos ríos hormonados.