Ecologistas en Acción denunció el silencio que ha mantenido el equipo de gobierno de UPN en el Auntamiento de Tudela con respecto a una información que tiene relación directa con la salud de los ciudadanos y que además legalmente deben de facilitarla y añadieron, “en lugares como Castilla La Mancha, Nueva Zelanda o Austria ya se cumplen los límites anteponiendo la calidad de vida de los ciudadanos a los intereses de las empresas, como deberían hacer todas las administraciones públicas”.

Los ecologistas proponen que se retiren todas las antenas de telefonía móvil que en estos momentos están instaladas en Tudela y que se trasladen fuera del núcleo urbano en concreto al polígono Montes de Cierzo. Por la altura es un espacio óptimo donde ubicar las antenas, ya que a una distancia de 400 metros del núcleo urbano, las ondas pierden capacidad de afectar a las personas.

Según las cifras aportadas por el Gobierno de Navarra, Tudela tiene en la actualidad un registro de más de 6 microwatios por centímetro cuadrado originados por las ondas electromagnéticas de la suma de las antenas de telefonía móvil que se encuentran en el casco urbano, cuando la normativa europea (Convención de Salzburgo) apunta que lo recomendable es no superar nunca los 0,1 microwatios por centímetro cuadrado.

De esta forma, según la medición realizada por el Ejecutivo entre octubre y noviembre del año 2001, se superaría en 60 veces lo aconsejado. Desde Ecologistas en Acción aseguran que han transcurrido cuatro años y que la potencia de emisión de estas antenas se ha incrementado y por eso se había solicitado nuevos datos. «Les remitimos hace cuatro meses varias cartas e instancias oficiales solicitando información, en ellas pedíamos que se nos informara de cuántas emisoras están instaladas dentro del casco urbano de Tudela, cuántas tienen la licencia municipal, la potencia de emisión que solicitaron en su día y cuál se les concedió y finalmente requerir del Gobierno de Navarra la medición actual de emisión».

El colectivo anunció que se iban a recoger firmas y a realizar diferentes charlas informativas sobre las consecuencias de estas antenas. «Nos dicen que probemos la malignidad de las mismas, pero es al revés, son ellos quienes deben probar su inocuidad, porque se meten las ondas en nuestras casas las 24 horas al día y los 365 días al año, y no hemos dado el consentimiento para ello», añadieron.

Ecologistas en Acción informó que las ondas electromagnéticas se consideran cancerígenas «y provocan un envejecimiento prematuro del cerebro. Producen un calentamiento del hipotálamo y las neuronas se van degradando. La doctora Azanza, de la Universidad de Zaragoza, ha demostrado en ratones que incluso se producían roturas en la cadena del ADN. No queremos ser alarmistas, pero sí que se reduzcan las emisiones, se reubiquen las antenas y se controlen ya que hay sospechas de que incluso puede haber dos totalmente ilegales”.

Además explicaron que las que se encuentran ubicadas en edificios de Tudela serían todas ilegales, «pues se requiere la unanimidad de los afectados de la comunidad de vecinos».

Por último pusieron el ejemplo de varias asociaciones de vecinos de Zaragoza cuya movilización y protestas han conseguido que se desmonten entre 10 y 12 antenas emisoras que existían en varios edificios de la capital aragonesa.