Ecologistas en Acción considera que la creación, anunciada por Jose María Barreda, de una Empresa Pública de Gestión Medioambiental y de un Organismo Autónomo para la Gestión de los Espacios Protegidos no son más que iniciativas vacías de contenido que intentan ocultar el evidente fracaso en política medioambiental del Gobierno que preside.

De la Empresa Pública de Gestión Ambiental se puede decir que va a ser una nueva “Tragsa” a escala regional de la que nada cabe esperar respecto de las repercusiones que su creación pueda generar en el medio ambiente. Será un instrumento controlado por el Gobierno Regional y, por lo tanto, uno más al servicio de los intereses del mismo. Por su parte, del Organismo Autónomo de los Espacios Protegidos no se conoce siquiera cuales van a ser sus competencias ni los medios con los que va a contar. En todo caso hay que preguntarse si para las 240.000 hectáreas de espacios protegidos que tiene Castilla-La Mancha hace falta crear un Organismo Autónomo de Espacios Naturales Protegidos. Castilla-La Mancha con poco más del 3% de su superficie protegida es junto con Aragón, Galicia y Extremadura, una de las Comunidades Autónomas con menos superficie de territorio protegida.

Entre los fracasos recientes en materia de espacios protegidos cabe destacar la incapacidad del Gobierno Regional para sacar adelante la propuesta de Parque Natural de la Serranía de Cuenca o de dar protección al Valle de Alcudia en Ciudad Real y a la zona de Sierra de San Vicente-Valle del Tietar en Toledo. También en el debe de este Gobierno cabe apuntar el lamentable estado permanente en el que se encuentran el Parque Natural de las Lagunas de Ruidera y el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel.

Pero con todo, lo más significativo en cuanto a la política medioambiental que se comprometió a seguir Jose María Barreda en su investidura, recordemos que enfatizó que la sostenibilidad iba a ser uno de los ejes cardinales de su programa de gobierno, es que está fracasando en todos los ámbitos. El Gobierno Regional está poniendo el medio ambiente al servicio de todo tipo de intereses especialmente de los urbanísticos, de los regantes, de las grandes empresas, especialmente de las eléctricas, de las infraestructuras y, sobre todo, de los políticos. Los ejemplos más evidentes en los últimos tiempos los podemos encontrar en la esquizofrenia que guía su política en materia de aguas – no a los trasvases fuera de Castilla-La Mancha, pero sí dentro de Castilla-La Mancha; no a los usos ilegales en Murcia, sí en La Mancha, etc.- y en la mala gestión de la crisis provocada por el incendio de Guadalajara. Por otra parte, los ecologistas nos preguntamos: ¿Alguien puede señalar alguna iniciativa medioambiental de calado de este Gobierno que esté teniendo alguna repercusión significativamente positiva en el medio ambiente?.

Ecologistas en Acción pide a José María Barreda que deje de lado su política de gestos a la galería y que reflexione sobre si este es el camino hacia la sostenibilidad por el que quiere llevar a Castilla-La Mancha.