Ecologistas en Acción ha comprobado como un buen número de granjas familiares mantienen sus aves al aire libre a escasos metros de los arrozales de Isla Mayor, Puebla del Río y Coria, sin que se haya aplicado la orden que exige mantener a estas aves en recintos cerrados para evitar posibles contagios de gripe aviar por aves silvestres.

Ecologistas en Acción ha venido reclamando actuaciones de tipo preventivo que o bien no se han tenido en cuenta, como la de prohibir la caza de acuáticas en las marismas, o bien no se han llegado a aplicar como la mencionada orden de mantener las aves domésticas recluidas en recintos cerrados.

Ecologistas en Acción viene exigido la adopción de medidas preventivas como la prohibición de la caza de acuáticas dada la situación de sequía y el factor de riesgo que supone la aparición de la gripe aviar. Sin embargo, se ha cazado durante toda la temporada dando pie a que aves infectadas que no hubieran desarrollado la enfermedad se cazaran exponiendo a las personas y otras aves al contagio. Se ha estado jugando a la ruleta rusa ya que había una cierta probabilidad, escasa pero real, de que un individuo infectado en Siberia no desarrollara la enfermedad y llegara a Doñana. Simplemente ha habido suerte.

Pero la situación va a cambiar con la llegada masiva de aves procedentes de zonas donde se han registrado casos de gripe aviar, así, en primavera pasarán por Doñana aves procedentes de África y el próximo otoño llegarán del Norte de Europa, por lo que sería una grave irresponsabilidad asumir los riegos que se han corrido hasta ahora.

El hecho de que ni siquiera se haya cumplido la orden de mantener a cubierto las aves domésticas del entorno de los humedales demuestra que se ha apostado únicamente por medidas a desarrollar una vez ocurrida la infección y no por las de tipo preventivo que eviten el contagio de aves domésticas, las más sensibles a la enfermedad.

Aunque el principal vector de transmisión no sean las aves acuáticas sino el tráfico de animales domésticos y silvestres, hay que hacer todos los esfuerzos posibles para prevenir un contagio derivado de las aves acuáticas silvestres.

Especialmente preocupante sería consentir prácticas de alto riego como la caza que pone en contacto a personas con aves evisceradas o el mantener gansos y otras aves domésticas al aire libre, en granjas familiares de la marisma que pueden servir de reclamo a las aves silvestres, facilitando el contagio.

Ecologistas en Acción exige que la Junta de Andalucía vele por que no haya posibilidad de contagio entre aves domésticas y silvestres, facilitando la adopción de las medidas oportunas para aislar las aves domésticas en las granjas familiares y prohibiendo desde ya la caza de acuáticas en Andalucía para la temporada 2006/2007, aumentando el control de la caza furtiva.