España en 2002 ha vuelto a ser el país de la Unión Europea más distanciado de su objetivo de Kioto. En el 2002 las emisiones de gases de efecto invernadero en la Europa de los 15 cambiaron su tendencia ascendente y los países más grandes se encontraban ya en camino de cumplir su objetivo.

Según el último informe de la Agencia Europea de Medio Ambiente las emisiones de gases de efecto invernadero de los 15 países que componían la UE en 2002 se redujeron respecto al año anterior, invirtiendo así la preocupante tendencia a crecer que comenzó en 2000. La reducción es pequeña, un -0,5% respecto al 2001, y buena parte de ella es coyuntural, pero resulta un alivio para el bloque económico que más ha defendido la puesta en marcha del Protocolo de Kioto y que dentro de unos meses va a estrenar un sistema de comercio de CO2.

El suave invierno de 2002 produjo una disminución de las emisiones procedentes de hogares, comercios y oficinas, a la que se sumó la baja actividad de la industria por una cierta ralentización económica (especialmente la industria del acero en Italia y el Reino Unido). Estas circunstancias se unen a los esfuerzos en muchos estados de reducción de las emisiones de metano procedentes de vertederos y a los de reducción de óxido nitroso de la industria química en Francia y el Reino Unido. Por el contrario, el transporte por carretera hizo crecer las emisiones de CO2 en todas partes excepto Alemania.

Para España no fue un buen año en lo que respecta a la lucha contra el cambio climático, como no lo ha sido ninguno hasta hoy. El 2002 fue un año seco, así que se redujo la electricidad procedente de pantanos y se quemó más carbón, fuel y gas que en el 2001, buen periodo de lluvias. Ello llevó a un incremento de emisiones del 4,2% en un año. Algo semejante ocurrió con Portugal, pero nosotros hemos sido una vez más los últimos de Europa en preocuparnos por la cuestión medioambiental.

La situación tiene que empezar a cambiar urgentemente, y no se va a conseguir sin que el gobierno y las administraciones comiencen a empujar en sentido contrario a las tendencias en consumo de electricidad y de uso del coche. No es tarea fácil pero tampoco podemos dejar de hacerlo, porque ya en 2002 cuatro países, Francia, Alemania, Suecia y Reino Unido, estaban en la senda para cumplir Kioto, y reúnen el 55% de la población de la vieja UE-15.