Uno de los problemas más graves de la energía nuclear es la generación de residuos de alta actividad. Son éstas unas sustancias que serán tóxicas durante cientos de miles de años para las que no se ha encontrado solución satisfactoria en ningún lugar del mundo. El problema consiste en mantener estas sustancias alejadas de la biosfera durante un tiempo que es prácticamente una eternidad. Nadie puede garantizar que una obra humana resista el paso de tanto tiempo y los planes de enterramiento en profundidad tampoco garantizan la solución del problema, sobre todo porque no se puede garantizar la estabilidad de los regímenes hidrogeológicos durante tanto tiempo.

En España se generan unas 220 toneladas de residuos de alta actividad al año. Hasta el momento se ha ido aplazando la decisión sobre el emplazamiento definitivo para almacenar estos residuos puesto que cualquier intento de fijar dicho emplazamiento se ha encontrado siempre con fuerte oposición popular. El resultado es que, en la actualidad, los residuos de alta actividad se están almacenando en las piscinas de las centrales, con la excepción de la central de Trillo (Guadalajara), cuyos propietarios construyeron un cementerio en superficie para poder seguir funcionando. Para los residuos de Zorita (Guadalajara) se contempla también el almacenamiento en superficie. La situación española es similar a la de todos los países de la Unión Europea, por lo que la Comisión fijó la fecha de 2008 para que los miembros de la Unión tomen una decisión sobre la gestión de los residuos de alta. España no será una excepción y el gobierno de Zapatero deberá afrontar tal decisión durante esta legislatura. Esto significa que tendrá que gestionar esta “patata caliente” con el agravante de que, desde el punto de vista de Ecologistas en Acción, no hay ninguna solución satisfactoria.

La organización ecologista admite que hay que buscar una forma de gestión de los residuos de alta actividad, pero también que esa decisión debe ir acompañada de un plan de cierre de las centrales nucleares solvente y creíble. La solución a los residuos pasa, evidentemente, por dejar de producirlos, manteniendo el problema reducido a la mínima expresión posible. Luego, cualquier forma de gestión de los residuos con voluntad de resolver el problema ha de incluir necesariamente un plan de cierre de las nucleares. El debate sobre los residuos no puede separarse del debate sobre las centrales, ni a la inversa.

Ecologistas en Acción calificó la propuesta electoral del PSOE de proceder al cierre escalonado de las centrales en un horizonte de 20 años como positiva pero insuficiente. Positiva porque suponía que no se iban a construir más centrales en el futuro pero insuficiente porque el lapso de tiempo es demasiado largo. La organización ecologista pide al PSOE que abra un debate en la sociedad donde se plantee el futuro de las nucleares y la gestión de los residuos de alta como elementos indisolubles. Ecologistas en Acción apostará por aceptar la solución menos mala para los residuos siempre que se cierren las nucleares en un plazo lo más breve posible.