Ecologistas en Acción alerta de que las previsiones de instalar dos centrales térmicas de gas en ciclo combinado en la Comunidad de Madrid hará sentir sus efectos en varias poblaciones conquenses. Los dos proyectos aludidos están impulsados por Unión-Fenosa en Fuentidueña de Tajo e Iberdrola en Villamanrique de Tajo y cada una de ellas tendría una potencia de 800 MW eléctricos. Ambos proyectos están en estado inicial de tramitación.

Ecologistas en Acción rechaza la instalación de estas plantas tanto por sus impactos ambientales y sobre la salud como por la negativa incidencia en la economía de la zona. Entre los impactos de cada planta destacan la emisión directa de más de 2 millones de Tm al año de CO2, principal gas responsable del cambio climático y de cantidades significativas de metano que también contribuye a dicho proceso. Además se prevé unas emisiones, también por cada planta, de unos 250 kg por hora de óxidos de nitrógeno (NOx) cuando funcionen con gas y 438 kg por hora cuando la hagan con gasoil. En este último caso se emitirán también unos 500 kg a la hora de dióxido de azufre (SO2). Ambos gases son importantes contaminantes de aire y forman las lluvias ácidas. Las nuevas centrales serían uno de los principales focos emisores puntuales de NOx de la Comunidad de Madrid. Los óxidos de nitrógeno bajo la acción de la luz solar, sobre todo en verano, provocan la formación de ozono, contaminante bien conocido por las poblaciones de la periferia de la ciudad de Madrid porque periódicamente supera las concentraciones límite autorizadas. En este verano del 2003 las olas de calor han supuesto la continua superación de los niveles de aviso a la población en muchas localidades madrileñas.

En la actualidad existe un límite legal de 30 microgramos/ metro cúbico de valor medio anual de NOx para la protección de la vegetación que probablemente sería superado en varias zonas de funcionar simultáneamente ambos proyectos. El objetivo de este límite es impedir que se vea negativamente afectada la producción agraria. Además de los óxidos de nitrógeno son bien conocidos los efectos sobre la producción agraria debido a los niveles de ozono. Diversos vegetales reducen significativamente su producción al aumentar las concentraciones de este contaminante que ya se sitúa cerca de los valores legales en amplias zonas de la meseta debido a la contaminación “importada” de Madrid. Las concentraciones máximas de ozono aparecen en zonas bastante alejadas de los focos emisores. A juicio de Ecologistas en Acción la producción de girasol se vería significativamente afectada por los niveles altos de ozono que se registrarían durante el período de máximo desarrollo de esta planta.

Además cada central necesitaría de un consumo ingente de agua. Unos de 230 litros de agua por segundo para refrigeración (equivalente al consumo doméstico de más de 125.000 conquenses), y este agua se tomará del Tajo. En verano el caudal del río desciende y puede haber problemas para satisfacer las necesidades de todos: población ribereña, usos agrícolas, industrias… Además la central disminuye la calidad de las aguas porque utiliza productos fitotóxicos para limpiar las conducciones de agua.

Ecologistas en Acción se dirigirá de nuevo a los ayuntamientos afectados por los proyectos para pedirles que se opongan a los mismos y ofrecerles su colaboración en esta tarea. En un área de 20 km de la central de Fuentidueña y Villamanrique están los ayuntamientos de Barajas de Melo, Belinchón y Zarza de Tajo . Además se enviará información también a Tarancón ya que se vería negativamente afectado por los niveles de ozono y a la Diputación Provincial de Cuenca que ha recibido información de estos proyectos.