Como denunció Ecologistas en Acción del Campo de Gibraltar se esta fumigando el Parque Natural de los Alcornocales como todos los años en esta época a fin de combatir la lagarta peluda.

El Director de la Junta Rectora, Felipe Oliveros, ha puntualizado que el producto utilizado se trataba de un inhibidor de la muda de la lagarta, y que era totalmente inocuo tanto para los animales como para el ser humano.

Sin perjuicio de ello, se han recibido reiteradas denuncias de pobladores de Castellar manifestando que muchas personas están padeciendo urticaria y ronchas.

Se presume que la causa podría ser que entre los lugares donde se ha fumigado se alcanza el pantano de Castellar, en donde en algunas partes puede apreciarse grasa flotando, y precisamente este pantano es proveedor de agua que se utiliza para el aseo de la población de castellar.

El producto utilizado en la fumigación es una mezcla de diflubenzuron y aceite vegetal, y esta composición no es soluble en el agua, por eso se acumula en la superficie.

Los alcornoques de forma natural cuando son afectados por las plagas de lagarta peluda, lo que les ocasiona que se vean sin sus hojas, pero al poco tiempo, estas se regeneran, rebrotando el árbol e incluso naciendo con mayor fuerza (se ha demostrado que al año siguiente a la oruga la calidad de la bellota mejora).

Numerosos vecinos de la zona, además, entienden que la causa de que la producción del corcho se vea afectada, caería en el hecho de que el descorche se haga en malas condiciones, en períodos más cortos de tiempo y no precisamente por las plagas de lagarta peluda, cuyas consecuencias principales serian el retraso de aproximadamente 6 meses en la formación del corcho para su recogida.

Cabe señalar, que el fumigar contra la lagarta peluda supone un cambio de vida de las orugas y las plagas que se producían años atrás de forma natural cada 7 años aproximadamente; actualmente parece que se producen cada año.

Cabe destacar también que el diflubenzuron también afecta a otras especies de insectos como pueden ser las abejas, cuya población se ha visto reducida de forma drástica durante los últimos años. Otro efecto negativo de la reducción de insectos es la disminución del numero de aves insectívoras en el Parque Natural de los Alcornocales, como por ejemplo cabe citar a las golondrinas cuya presencia en nuestra zona casi no existe.

Ecologistas en Acción exige la paralización inmediata de las fumigaciones debido a que son mayores los daños causados al Parque Natural de los Alcornocales que los beneficios obtenidos, y alienta a la Dirección del Parque a seguir utilizando las trampas con feromonas, que sólo tienen incidencia sobre la población de lagarta peluda.