Ecologistes en Acció del País Valencià y Amigos de los Humedales del Sur de Alicante (AHSA), hemos denunciado ante el Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (SEPRONA) la ejecución de obras (desbroces, movimientos y vertidos masivos de tierras, obras de construcción) en suelo no urbanizable común de la partida de Fontcalent, en el término de Alicante, afectándose a la zona húmeda del Saladar de Fontcalent, a la vía pecuaria «Vereda del Desierto y Barranco del Infierno» y a comunidades vegetales de alto interés ecológico protegidas por la Directiva Europea de Hábitats que incluyen especies protegidas de flora, destacando la especie Cynomorium coccineum (jopo de lobo), específicamente protegida por una orden de la Consellería de Agricultura que impide su tala o desenraizamiento. Otras especies vegetales afectadas son diversas especies de los géneros Limonium (saladillas), Tamarix (tarajes) o Frankenia (tomillo sapero), así como salicornias, sosas y albardines, todas ellas propias de humedales salinos y salobres.

Las obras han arrasado cerca de 86.000 m2 del Saladar de Fontcalent, de los que 4.000 m2 pertenecen a la vereda antes mencionada, que cuenta con un ancho de 20 metros y que atraviesa durante unos 200 metros la zona afectada. Los vertidos de tierras han elevado la cota natural del terreno en algunos puntos hasta más de 2 metros de altura, alterando las condiciones topográficas originales del humedal. Las obras han causado un gran impacto negativo sobre la flora, fauna y paisaje del Saladar de Fontcalent, incumpliéndose lo dispuesto en la Ley Valenciana de Espacios Naturales sobre protección de zonas húmedas, que establece que dichas zonas deberán ser preservadas de actividades susceptibles de provocar su recesión y degradación. También consideramos que ha podido vulnerarse la legislación estatal de aguas en el caso de que las obras no cuenten con la autorización de la Confederación Hidrográfica del Júcar, exigible para actuaciones que afecten a zonas húmedas. Y respecto a la vereda afectada, consideramos que puede haberse incumplido la legislación estatal de vías pecuarias en el caso de que no exista autorización para su ocupación por parte de la Consellería de Territorio.

Parece ser que las obras tienen por objeto la construcción de unas instalaciones deportivas por parte del Hércules C.F., unas instalaciones que, en aplicación de lo dispuesto en la Ley Valenciana del Suelo No Urbanizable, precisarían una Declaración de Interés Comunitario (DIC) otorgada por la Conselleria de Territorio. En la denuncia solicitamos que se investigue si dicha DIC ha sido otorgada, una DIC que creemos que no existe, por lo que se estarían incumpliendo las determinaciones de la legislación valenciana aplicable al suelo no urbanizable. Igualmente solicitamos que se investigue si el Ayuntamiento de Alicante ha otorgado la correspondiente licencia de obras, apuntando que han podido incumplirse las determinaciones del vigente PGOU de Alicante, una licencia municipal que creemos inexistente y que, en cualquier caso, el Ayuntamiento no podría otorgar sin que previamente la Conselleria de Territorio otorgara la DIC exigible a una actuación de este tipo sobre suelo no urbanizable.

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Denuncia al Seprona Saladar de Fontcalent

En la denuncia consideramos que los hechos denunciados pueden ser constitutivos de un delito contra la ordenación del territorio, contra los recursos naturales y el medio ambiente y contra la protección de la flora y la fauna. Por ello hemos solicitado que se inicien todos los procedimientos judiciales derivados de la interposición de la denuncia, que se paralicen inmediatamente las obras y que se obligue a sus responsables a restituir la topografía y la cubierta vegetal afectadas. Por último, queremos expresar nuestra protesta por este nuevo episodio de la destrucción del territorio y de nuestro patrimonio natural, responsabilizando del mismo tanto al máximo responsable del Hércules, el conocido empresario y constructor Enrique Ortiz, como al Ayuntamiento de Alicante y a la Conselleria de Territorio, que han consentido de una forma u otra que estas obras se iniciaran sin su paralización inmediata y fulminante. Si el Sr. Ortiz actúa de esta forma en el Saladar de Fontcalent, podemos imaginarnos lo que ocurriría con la zona húmeda de las Lagunas de Rabassa en el marco del polémico Plan Rabassa, Plan al que nos oponemos frontalmente y del que el Sr. Ortiz es adjudicatario de su urbanización.