Durante la celebración del último pleno del Patronato del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, los representantes de Ecologistas en Acción reivindicaron la ampliación de la superficie del Parque Nacional para favorecer la protección de espacios de interés medioambiental situados en el exterior de su perímetro actual.

Mariano Polanco, representante de Ecologistas en Acción, reiteró el desacuerdo de esta organización con la sentencia del Tribunal Constitucional que otorga a las Comunidades autónomas la gestión de los parques nacional al entender que atiende “más a un carácter territorial que al concepto de red de parques”, pero se mostró partidario al tiempo en dar un voto de confianza al Gobierno aragonés dada la irreversibilidad del proceso.

“Lo importante -añadió- es que se demuestre que todos los temores son infundados y que se haga una gestión modélica, y un primer paso podría ser ampliar la superficie del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, que es una demanda no sólo de los ecologistas, sino una petición hecha por razones científicas y técnicas, y porque se ha demostrado que es una zona muy importante debido a su biodiversidad”.

En el momento de su creación, en 1918, el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido disponía de una superficie de 2.200 hectáreas, que se incrementaron a 15.608 en 1982, con la inclusión del Cañón de Añisclo, la Garganta de Escuaín, la cabecera del Valle de Pineta y la vertiente española del macizo de Monte Perdido.

Para Ecologistas en Acción, el ajuste de los límites del Parque Nacional debería coincidir con los de la Reserva de la Biosfera “Ordesa-Biñamala” declarada en 1977 con el fin de propiciar la protección de cincuenta mil hectáreas de interés para la conservación de la naturaleza.